Hugo López Morrobel
Históricamente las sociedades subdesarrolladas como la nuestra, han materializado proyectos de trascendental importancia con muchos sacrificios, buscando recursos hasta debajo de la tierra para contar con las infraestructuras necesarias para su desarrollo.
Podemos exhibir muchos ejemplos en ese sentido, porque ‘pasito a pasito” hemos sido capaces de construir con éxito muchos proyectos que han dado excelentes resultados, aplicando el refrán de que “grano a grano la gallina se llena el buche”.
Desde hace años se ha venido reclamando la intervención del complejo de La Barranquita, en Santiago, el cual por falta de autoridad y visión de amplios sectores ha sido objeto de abandono de las instalaciones y pillaje de todo tipo, además del robo de miles de metros cuadrados de terreno, algo inconcebible, puesto que para lograr ese objetivo se realizaron sacrificios de todo tipo.
Que las autoridades, por fin, después de más de 20 años de depredación constante, estén rescatando muchas de sus construcciones, es motivo de satisfacción, y que sus habitantes todos, pongan en práctica el slogan de orgullo por su comunidad: ‘’Santiago es Santiago”.
Habrá que mantener la esperanza de que estas labores no se detengan hasta lograr la restauración total del complejo, el más importante de la región del Cibao, y que este espíritu de rescate florezca y llegue también a las demás instalaciones diseminadas por todo el territorio nacional, especialmente aquellas en donde se han efectuado Juegos Nacionales.
La suerte está echada, y la esperanza de todos es que a los trabajos de rescate en La Barranquita y en otros complejos se les dé un final feliz para los deportistas.
