Damasco, Siria.-Un presunto ataque “químico”, del que varios países acusaron al régimen de Bashar Al Asad, dejó ayer al menos 58 muertos y unos 170 heridos, incluyendo numerosos niños aquejados de convulsiones y problemas respiratorios, en una localidad rebelde de Siria.
El bombardeo provocó una oleada de indignación internacional y Washington, París y Londres responsabilizaron al gobierno de Al Asad, que desmintió “categóricamente” toda implicación.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá con carácter de emergencia para examinar las circunstancias de los bombardeos que alcanzaron ayer temprano Jan Sheijun, una pequeña ciudad de la provincia de Idlib, bastión de los rebeldes y yihadistas en el noroeste de Siria.
El gobierno sirio, que ratificó la Convención sobre la prohibición de armas químicas en 2013, ha desmentido en muchas ocasiones el uso de armamento químico.