La despedida de Juan Bolívar del matutino Uno+Uno, y de la televisión dominicana, es un retiro que nos provoca nostalgia; 52 años ejerciendo la mejor profesión del mundo, como diría Gabriel García Márquez en algunos de sus escritos. Los valores con que ejerció durante mucho tiempo el sagrado ejercicio del periodismo, le han dado un aprecio reconocido por la ciudadanía.
Juan Bolívar es un referente no solo por sus aportes a la democracia, sino también por sus aportes al periodismo decente, y que su único compromiso es con la sociedad. Además, durante generaciones impartió docencia en la UASD formando periodistas con base para construir un buen periodismo basado en la crítica, la ética y la honestidad.
Frente a las injusticias arriesgó su vida como todo buen periodista, apegado a la convicción de que la comunicación es también un riesgo cuando se pone en peligro la libertad y la democracia. Preocupado por el medio ambiente, salud, educación, derechos de los inmigrantes, contra la corrupción y la impunidad, la institucionalidad y la democracia.
Las nuevas generaciones de periodistas encontramos en Juan Bolívar un guía práctico y teórico que ponía su espacio a la disposición de una nueva camada de profesionales de la palabra.
Su vida pública ha transcurrido como modelo humanístico y profesional con el cual se puede diferir de sus posiciones pero jamás de sus valores, como la honradez y honestidad.
Los cambios son necesarios, la propia dinámica del tiempo y la dialéctica así lo plantean, renunciar a cualquier cargo en nuestro país no es tarea fácil, pero el acto de Juan Bolívar es un indicio claro que se puede aportar como ente social y comprometido, y retirarse por la puerta grande con la satisfacción del deber cumplido.