Santo Domingo.- Aida Cartagena Portalatín, fue una poeta, narradora y ensayista dominicana, una de las figuras más destacadas de la cultura dominicana del siglo XX.
Nacida el 18 de abril de 1918 en Santo Domingo, Áida Cartagena Portalatín creció en un entorno que desde temprano estimuló su interés por el arte y la literatura.
Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Santo Domingo y más tarde amplió sus estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, esta formación académica enriqueció su estilo y técnica, influenciada por corrientes artísticas europeas pero siempre con un profundo arraigo en la cultura dominicana y caribeña.
Reconocida por su profunda sensibilidad artística y su compromiso con la identidad y la historia de la República Dominicana, Portalatín marcó una época dorada en la escena cultural del Caribe y más allá.
Sed del Dolor
Ciego caminante de las sendas
de las constelaciones.
En la noria de luz donde viven las lágrimas…
sed de dolor, los pétalos has secado como una tierra cálida.
El llanto de la tarde se apagó en la montaña.
Las palomas del sueño se han herido en las alas.
La infinita ternura con que el olvido
acuna el dolor,
para hacerlo dormir.
para hacerlo olvidar,
es una queha vaga, rezagada en la arena
donde el dolor se abre,
pero el agua no llega.
Horadando los cielos,
a las nubes se han ido,
a la luna se han ido, los labios del dolor,
y las nubes de agua,
y la luna de agua,
no han mojado los labios de la sed del amor.
En el llanto de noche que en la grama amanece,
en la última queja que sangra de la boca,
enla fuente del alma que el helecho naufraga;
en todo lo que es agua,
la sed de mi dolor
no ha encontrado su agua.
Ni el vindo de los viejos recuerdos,
ni el licor de la mística oración de la sombra,
ni el óleo de la lámpara,
ni la lluvia de estrellas,
ha calmado la sed, la sed de mi dolor.
Dolor que ha bebido todas las aguas vivas,
dolor que ha bebido todas las aguas muertas.
La sed de mi dolor sólo espera un retorno,
para calmar su sed
de lámparas eternas!
Además de su carrera como pintora, incursionó con éxito en la literatura, es autora de varios libros, entre ellos «Biografía de un pueblo: Ovando», una obra histórica que profundiza en la figura de Nicolás de Ovando y la conquista de La Española.
A lo largo de su vida, Portalatín recibió numerosos reconocimientos y premios por su contribución al arte y la cultura dominicana.
Fue miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana y participó activamente en la promoción del arte como un vehículo para la identidad nacional y la integración cultural.
Su legado perdura en la memoria colectiva de la República Dominicana y en la influencia que sigue ejerciendo sobre las generaciones de artistas que han seguido sus pasos.
Aída Cartagena Portalatín no solo dejó una obra artística invaluable, sino también un ejemplo de dedicación, pasión y compromiso con su país y su cultura.
“No creo que esté aquí de más. Aquí hace falta una mujer, y esa mujer soy yo”, Aída Cartagena Portalatín.
A pesar de su partida física en 1994, su influencia sigue siendo palpable en la escena cultural dominicana, donde su nombre evoca respeto y admiración por su contribución al enriquecimiento del patrimonio artístico y literario del país.
Aída Cartagena Portalatín, una figura monumental que trascendió fronteras y dejó una huella imborrable en el panorama cultural del Caribe y más allá.
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