En unos días, de los juegos de Tokio 2020, solo quedarán en la memoria de atletas y aficionados los gratos y pésimos recuerdos, de los triunfos y los fracasos en disciplinas en las que cada delegación entendía que tenía posibilidades de alcanzar la victoria.
Para los ganadores serán recuerdos permanentes, primero por la satisfacción de imponerse en un evento de esa magnitud, y además, quizá lo más importante para muchos, el reconocimiento de la sociedad en general, pero además, los beneficios económicos, dado que de la noche a la mañana pasaron a ser “multimillonarios”.
Estos cambios radicales deben saberse administrar, teniendo en cuenta que muchos desvían el norte de sus vidas ante cambios tan violentos y repentinos.
Decenas de ejemplos de ese tipo lo observamos con más asiduidad en jóvenes prospectos del béisbol que por falta de asesoría se “perturban” cuando reciben millones de dólares al pactar un contrato.
Los atletas que alcanzan medallas olímpicas, y también los que se preparan para alcanzarlas, deben recibir todo el apoyo para mejorar su calidad de vida en todos los aspectos, pero simultáneamente deben recibir, por necesidad, mucho respaldo sicológico
Es una labor que deben asumir sin ningún tipo de pero en forma conjunta, todos los organismos ligados al deporte de manera directa o indirecta, porque esa es su responsabilidad.
RADARES.- En términos deportivos, golpear por donde más le duele a quien de cierta forma te ha humillado, porque entiende que ya estás acabado, gastado y viejo, es sencillamente placentero. Esa sensación debe sentir el veterano Albert Pujols, cuando con un jonrón, su actual equipo venció a sus antiguos compañeros.