Santo Domingo.–“Yo estoy con los niños y tengo un pote con gasolina conmigo, si no vienes ya sabes”, así amenazaba vía telefónica Roberto Castro Ureña a su expareja y madre de sus dos hijos para que volviera con él.
Castro Ureña pretendía quemarse junto a los niños de apenas 9 y 12 años de edad. La atroz advertencia fue hecha el pasado domingo, fecha en la que el ahora prevenido apuñaló a los infantes, quienes salvaron la vida de milagro.
Luis Vergés director del Centro Conductual para Hombres, explicó que los crímenes cometidos por padres contra sus propios hijos para hacerle daño a su pareja sentimental es muestra de la desvalorización por la vida a la que llegan los agresores.
“Lamentablemente la violencia se dirige a los más vulnerables y después de la mujer los más vulnerables son los niños”, dijo.