De ambas partes se manejan un gran número de casos, sin embargo es más frecuente el manejo urológico en el hombre.
SANTO DOMINGO.-Algunos trastornos urológicos pueden prevenirse, como las infecciones urinarias y ciertas patologías malignas.
Sin embargo, en la mayoría de los casos pueden estar presentes factores hereditarios o congénitos predisponentes.
De acuerdo a la cirujana uróloga Mei-Lin Joa, durante la vida de hombres y mujeres, se pueden manifestar diferentes patologías urológicas, asociadas a cada etapa de la vida, y en la infancia las afecciones más frecuentes son dificultad para retraer el prepucio (fimosis), trastornos congénitos como por ejemplo testículo no descendido (criptorquidia), vejiga urinaria fuera de la cavidad abdominal (extrofia vesical) y ambigüedad genital (hermafrodita), así como escapes de orina en la noche (enuresis).
La galena, quien labora en el centro Medicalnet B, explicó que en la etapa de la adolescencia son frecuentes las infecciones de transmisión sexual (papiloma, herpes genital, clamidia, gonorrea, VIH), dificultad para retraer el prepucio (fimosis y parafimosis), varicoceles, trastornos hormonales masculinos (hipogonadismo), trastornos miccionales, traumas genitales, inflamación o infección testicular o cáncer testicular.
Agrega: “La adolescencia supone un periodo de transición entre la infancia y la adultez que puede conllevar al desarrollo de patologías típicas de ambas edades; en esta etapa se pueden identificar trastornos congénitos que pudieron pasar desapercibidos durante la niñez, así como pueden presentarse patologías que aparecen también en la adultez como infecciones de transmisión sexual, trastornos miccionales, varicoceles e infecciones urinarias.
Etapa de la adultez
Describe que en la adultez las más recurrentes son crecimiento prostático, infección urinaria, disfunción eréctil, eyaculación precoz, cálculos (litiasis urinaria), cáncer de vías urinarias, cáncer prostático, cáncer testicular, cáncer de pene, cáncer renal, cáncer de vejiga e infertilidad. Finalmente en la vejez los individuos se ven expuestos a crecimiento prostático, infección urinaria, disfunción eréctil, hipogonadismo, líquido en la bolsa escrotal y cualquiera de los cánceres de vías urinarias o genitales.
Entre los 50 y 60 años, que son comunes los problemas de próstata asociados al agrandamiento de ésta o a la hiperplasia, los pacientes pueden presentar diversos síntomas como urgencia miccional, la disminución del chorro de orina, incontinencia o molestias al orinar.
En este sentido destaca que, en cada una de las etapas se pueden presentar problemas urológicos.
“En cuanto a la mujer, la urología se limita a los trastornos de las vías urinarias y del piso pélvico. De ambas partes se maneja un gran número de casos, sin embargo es más frecuente el manejo urológico en el hombre”, apuntó.