El Salón de la Fama del Béisbol anunció la noche del martes 23 de enero a Adrián Beltré como el quinto pelotero oriundo de República Dominicana escogido para ser instalado en el Olimpo de ese deporte de Estados Unidos, noticia que colma de júbilo al bitercio insular de 48,448 kilómetros cuadrados de nuestra nación caribeña.
La elección para la clase de 2024 con un 95.5 por ciento de los votos emitidos por los miembros habilitados de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA) representa un hito para la otrora tercera base, que supera los porcentajes de sus antecesores coterráneos, los lanzadores Juan Marichal (1983) y Pedro Martínez (2015), el jardinero Vladimir Guerrero (2018) y el bateador designado David Ortiz (2022).
El dominicano se ubica como el quinto antesalista más votado en su elección, después de Cal Ripken Jr. (98.5 %), George Brett (98.2), Chipper Jones (97.2), y Mike Schmidt (96.5). Hasta la víspera del anuncio, con más del 50 por ciento de votos desvelado, Beltré contaba con un 99 %, que hzo albergar esperanza de aue superaría el 97 por ciento.
Beltré se convierte en el primer criollo en encabezar la votación, cuando se eligió más de uno, ya que cuando Ortiz lo logró con el 77.9 %, fue el único que alcanzó el 75.0 % de sufragios que exige la dicha Asociación. El de Herrera en Santo Domingo superó a la primera base Todd Helton (79.7) y el receptor-inicialista Joe Mauer, quienes les acompañarán en el ceremonial el 21 de julio.
Es una escogencia trascendental, cónsona con las cualidades que lo encuadran entre los más excelsos antesalistas de la historia, si se amalgama las cualidades que definen a un jugador de su posición, aunado a una trayectoria inmaculada, que levitó sin mancillarse sobre el fango de la “era de los esteroides”, libre de escándalos callejeros y con la fama de bonachón que le granjeó el aprecio y el jugueteo con sus pares en cada equipo en que militó y de sus camaradas de elencos rivales.
Una elección sustentada en sus elevados guarismos ofensivos, defensivo y de longevidad (21 años en la MLB), que como habrá de ser la de Albert Pujols dentro de cuatro años, al final de su carrera nunca estuvo en duda, dada la límpida conducta exhibida que convierte a Beltré en el quinto dominicano a ser instalado en el templo de Cooperstown en lugar del octavo. Al menos tres de sus pares criollos debieron antecederles en la exaltación, pero vetados hasta ahora por la BBWAA por sospechas de uso de esteroides (caso Sammy Sosa) y las suspensiones consumadas de Manny Ramírez y Alex Rodríguez.
El nuevo inmortal de Cooperstown es el tercer quisqueyano en ser escogido la primera vez que su nombre apareció en la boleta y con el porcentaje más alto. Marichal lo alcanzó en la tercera con un 83.7 %. Su excelencia defensiva de la tercera base, Brooks Robinson, fue primero con el 92 %.
Martínez llegó 32 años después de Don Juan con un 91.1 %, un honroso segundo lugar detrás del zurdo más temible de su época, Randy Johnson (97.3 %). Guerrero recibió el 92.9 % en su segundo año de elegibilidad (superando a “Pedro el Grande”) y fue segundo de su clase ante un Chipper Jones que logró un elevado 97.2 por ciento.
La de Adrian Beltré es una elección regia por su altísimo merecimiento, que colma de jolgorio a un pueblo beisbolero como el suyo y que seguramente tendrá una buena representación acompañándole en julio en Cooperstown, especialmente hermanos de la diáspora que reside en Estados Unidos.