Goodbye Libre Comercio

Llegaron los aranceles de Trump. Y con ellos numerosas interrogantes. ¿Servirá la medida para frenar el tráfico de fentanilo? ¿De migrantes? ¿Dará resultados la guerra comercial declarada?

Adiós libre comercio. No conforme con aplicar aranceles a los que han sido, al cabo de 30 años, principales aliados de negocios de los Estados Unidos, México y Canadá (25%), y al rival geoestratégico, China (10%); el presidente Donald Trump amenaza con establecer gravámenes proteccionistas a productos farmacéuticos, el aluminio, el acero y el cobre, entre otros y, sin un plazo definido, a la Unión Europea.

Trump ha ido cambiando las razones iniciales de su decisión, de sustancias prohibidas a la premisa económica que apunta hacia la autarquía. Alega la no necesidad de importar nada porque tiene de todo.

México y Canadá han anunciado represalias. En lugar de negociar, la lluvia de amenazas e impulsos, ignora acuerdos y trata de intimidar a los demás países, lo que acrecienta la incertidumbre y las distorsiones económicas.

Estados Unidos tiene razones para proteger sectores frente a prácticas desleales. Sin embargo, Trump prefiere el golpe de efecto, antes que un proceso ordenado y racional.

Amenaza con extender las medidas al resto del mundo. Y en particular, golpear a una Unión Europea sumida en compleja coyuntura política. Pero que lo más probable profundice en un mercado único, que le permita llegar a acuerdos comerciales con otros países y bloques económicos en favor de los propios intereses.

Lo que sí está claro es que la alta probabilidad de las dinámicas de los países integrados se detenga, revirtiendo años de avances.

La competitividad regional, con respecto al resto del globo, sufre un duro golpe. Los aranceles provocarán distorsiones; se pronostica.

Y lo más perjudicial: afectarán directamente al bolsillo de los ciudadanos al extenderse a los productos de consumo agroalimentarios.

Proyecciones de resultados a corto plazo para la economía global, incluida la de Estados Unidos, no del todo halagüeñas.