Hay una frase muy famosa de Bertolt Brecht que reza: “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”.
Un día después de otro fallecieron dos valiosos seres humanos, quienes consagraron toda su vida a luchar por la libertad, la democracia y el bienestar de nuestro pueblo. Dos imprescindibles: Raúl Pérez Peña “el Bacho” e Iván Rodríguez.
Ambos enfrentaron con valentía la dictadura de Trujillo. Ambos fueron importantes dirigentes del Movimiento 14 de Junio. Ambos se alzaron en las montañas en respuesta al golpe de Estado al gobierno del profesor Juan Bosch. Ambos sufrieron el exilio. Ambos regresaron al país en la Revolución de Abril para luchar por nuestra Constitución y nuestra soberanía. Ambos resistieron los 12 años de Balaguer.
Ambos hicieron amplio activismo social y político en contra de la corrupción y la impunidad. Ambos mantuvieron el puño en alto hasta su último suspiro.
No vieron el ideal del país por el cual tanto lucharon (no creo que nadie haya llegado a ver completamente materializado el ideal por el cual lucha), pero si hoy tenemos democracia y un Estado de derecho que más o menos funciona es por personas como Iván y el Bacho.
Jamás olvidaré la determinación en sus acciones, la firmeza de sus posturas y la sencillez de su trato. Sus vidas, como barcos en el mar, fueron dejando estelas que servirán de guía a las presentes y futuras generaciones. Descansen en paz.