También llamada hipersexualidad excesiva, además se le llama Trastorno Compulsivo Sexual, ya que es un comportamiento sexual compulsivo y no discriminado con características adictivas.
Es un trastorno en el cual la persona que lo padece no puede apartar de su mente la necesidad de tener encuentros sexuales ni apartarse de las fantasías sexuales. El deseo sexual está exacerbado y experimenta una tensión que solo puede aliviarse teniendo actividad sexual.
Según estudios, este trastorno lo padece un 9 por ciento de hombres y hasta un 6 por ciento de mujeres.
Las personas con este padecimiento se sienten desesperados, con sentimientos de vacío y desesperanza, algunos tienen síntomas depresivos. Los encuentros sexuales alivian los síntomas, más, no los eliminan, lo que hace que la persona se sienta ansiosa y angustiada.
Esta es una adicción comportamental que provoca irritabilidad, inquietud, sentimiento de culpa, riesgos de contaminación y de adquirir infecciones de transmisión sexual o de enfermedades sistémicas, ya que la persona adicta al sexo busca intimidad frecuentemente con parejas no confiables, ya que los afectados son incapaces de controlar sus impulsos sexuales.
Generalmente estás personas se autoengañan y niegan el problema, lo que les trae dificultades con la pareja y la familia. Además con frecuencia se presentan trastornos laborales y sociales, problemas de socialización, gran reacción al estrés y otras dificultades que les impiden vivir plenamente su sexualidad y su vida en general.
Existen terapias para mejorar la calidad de vida de los afectados. Si identifica que tiene esta condición, busque ayuda.