Recientemente el amigo Charlie Núñez público su libro “Si no somos nosotros”…, y los sentimientos y deseos te convocan a seguir la frase “¿quién lo hará, si no es ahora, cuándo?”.
No sé las motivaciones que tuvo el autor para no terminar la frase, tal vez su intuición de profesional de la Mercadotecnia, pero le pone en prueba la inteligencia y el deseo de la gente a terminar una labor que tenía en carpeta prevista con detalles de objetivos, procesos tiempo y responsables. Todo un proyecto expresado en menos de 15 palabras.
El libro de Charlie no hace más que convocar las emociones, los sentimientos y motivos que nos impulsaron en la construcción del Partido de la Liberación Dominicana bajo el liderazgo de Juan Bosch, que puso toda su inteligencia y conocimiento para construirlo como la negación no solo del PRD, sino de los partidos del sistema que como decía ya habían cumplido su función histórica.
Y lo hizo con tanta fuerza para confirmar su negación que nos llevó hasta la enemistad con lo que representaban sobre todo el PRD, y sus prácticas de políticas absurdas.
Pues Juan Bosch sabía que en la fortaleza de la motivación moral y sentimientos impulsan la adhesiones al modelo político que estaba en construcción, así como se construye el sentimiento patrio en el marco de las luchas y sacrificios de los patriotas por formar las naciones de intereses comunes, valores y principios, pasiones y sentimientos que lo mantienen unido construyendo el futuro para sus familias presentes y futuras.
Hoy, estamos viviendo muchos cambios y contradicciones, que no todos son los mejores para el sistema político, y particularmente están afectando la calidad política del PLD, donde la gran mayoría de sus partidarios no conocen la historia que cuenta Charlie en su libro, porque la dirección política no asumió como tarea estampar en la nueva militancia los valores y principios como lo hizo el maestro Juan Bosch, y cuando abrimos las puertas del partido a la sociedad, ella nos contaminó con todos los vicios pequeños burgueses de los que Juan Bosch nos quiso curar, cuando la tarea de una organización es todo lo contrario, que la nueva dirección no quiere asumir
Hoy no son los sentimientos patrios, los principios y valores que nos mantienen unidos, y eso es sumamente grave, porque esos son los sentimientos que pueden perdurar para siempre construyendo las mejores comunidades sociales por el camino de la solidaridad, la paz y el desarrollo, aun cuando nos encontremos en las peores crisis, y son los peligros no solo de la destrucción de las organizaciones políticas, también de la propia democracia, y del futuro de la nación.
Necesitamos fortalecer nuestros compromisos partidarios que el ciudadano contrae con la comunidad política o con su comunidad social.
El ciudadano defiende con lealtad, pero cuando se tiene consciencia también se es crítico con las desviaciones o acciones que perjudican su calidad o mejor dicho su capital social, y eso tiene valor y le da sostenibilidad al proyecto social.
Debemos retomar con urgencia el compromiso del ciudadano con su comunidad política y con su Estado. Porque se identifica con los valores y principios ético de un Estado que lo unifica y lo protege.
Cuando se pierden estos sentimientos de adhesión, corremos el riesgo de que aparezcan aventureros que impriman emociones y pasión, totalitario o autoritario, erosionen y hasta puedan destruir la democracia y el orden establecido, y sobran los ejemplos en América.
Estamos entregando el poder a la desidia, tantos éxitos electorales nos han postergados los sueños de hacer los cambios reales, las soluciones reales de los males que afectan a nuestros dominicanos, porque solo estamos viendo nuestro entorno, alejándonos cada vez más de la sociedad, y eso está erosionando los sentimientos patrios, los principios y las adhesiones de la comunidad al partido y a la construcción de capital social.
Entonces: “Si no somos nosotros, ¿quién lo hará, y cuándo?”.