Santo Domingo.-Los acumulados de lluvias, es decir, la cantidad de agua que precipita en un determinado tiempo, se han puesto de moda tras los disturbios tropicales que ha vivido el país por dos años consecutivos, atribuidos al cambio climático e impactando negativamente a grupos vulnerables de la sociedad.
La medición de estas precipitaciones tan fuertes en un período de tiempo, denominadas “aguaceros” por los dominicanos, es medida por la Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET) a través de instrumentos manuales o automáticos, establecidos en las estaciones meteorológicas.
Con los equipos convencionales se hacen observaciones varias veces al día, midiendo además otros parámetros como la temperatura, humedades relativas, presiones atmosféricas, dirección e intensidad del viento, entre otros, mientras que con los automáticos, sin técnicos para recolectar la información, se hace a través de sensores, los cuales transmiten por diferentes vías como radio, satélites e internet, y son recibidas en los servicios meteorológicos en estaciones receptoras que despliegan la información.
Las precipitaciones, no son más que los meteoros que como su nombre indica precipitan o caen al suelo en estado sólido (nieve o granizos), y líquido, como la lluvia, lloviznas y chubascos, siendo este último término ajustado a las zonas tropicales, por el tipo de lluvias que es muy diferente a las que se producen en zonas templadas, ya que estos son por lo general violentos.
Torrenciales
Las lluvias, de acuerdo a la clasificación de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), pueden ser débiles, débiles continuas, moderadas, intermitentes, fuertes, muy fuertes, intensas y tipo torrencial.
“Son consideradas torrenciales cuando la intensidad supera los 60 milímetros por hora, y pueden generar graves y peligrosas inundaciones rurales o urbanas, hacer crecer ríos, arroyos, cañadas de forma súbita”, explicó Miguel Campusano, subdirector técnico de la ONAMET.
Según el ingeniero civil y meteorólogo, a través del pluviómetro en las estaciones, instrumento compuesto de un jarro, o cántaro, depósito y un embudo que recoge la lluvia caída, estas son medidas por técnicos, cada 3, 6, 12 y 24 horas, y luego se calcula el acumulado en una probeta graduada, cuyo valor máximo es de 10 milímetros de lluvia, y puede llenarse varias veces esta probeta hasta calcular el total de la lluvia caída.
“Para entender lo que significa, por ejemplo, una precipitación de 10 milímetros, que equivale a 10 litros/mt2, conociendo que en un 1 km2 hay 1,000,000 de mt2, imagínese, entonces cuántos millones de litros tendría una zona urbana o cuenca hidrográfica, lo que da a entender cuántos litros se distribuyeron en la capital durante el disturbio tropical entre los días 17, 18 y 19 de noviembre de este 2023”, explicó Campusano.
Estos acumulados superaron los 400 mm en corto tiempo del tipo torrencial e inundaron grandes áreas del país.
Precaución
—1— Alertas
Tomadores de decisiones, antes de presentarse los eventos observan la saturación de suelos para dar avisos.
—2— Herramienta
Vía Guía de Inundaciones Repentinas la ONAMET evalúa los suelos para prevención.