Acuerdo de producción de crudo hecho por OPEP no cambia nada

Acuerdo de producción de crudo hecho por OPEP no cambia nada

Acuerdo de producción de crudo hecho por OPEP no cambia nada

PT Pertamina workers check an oil well on Bunyu island, Indonesia's East Kalimantan province February 8, 2011. Indonesian state energy firm Pertamina plans to spend $1 billion in 2011 for acquisitions of oil and gas blocks, as the country seeks to boost declining production. Pertamina has said it expects crude and condensate production of 132,000 barrels per day for this year, up just 1 percent from last year, though the former OPEC member country has often missed production targets because of declining output at ageing fields. REUTERS/Beawiharta (INDONESIA - Tags: ENERGY BUSINESS) - RTXXLJ6

Bloomberg News.-Si Rusia es, como dijo Winston Churchill, “un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma”, ¿qué se ha de pensar sobre los motivos de su propuesta de congelamiento de la producción petrolera con su críptico amigo-enemigo, Arabia Saudita?

La imagen que viene a la mente es tomar el enigma, encerrarlo en una caja fuerte, ponerla en el baúl de un auto y lanzar a este desde un acantilado al mar.

Esto es lo más que se puede decir al respecto, al menos desde el punto de vista de los que apuestan al aumento del petróleo.

Ello se debe a que el acuerdo, al menos por lo que se sabía hasta esta hora de ayer, no cambia nada en la práctica… aún.

Rusia, Arabia Saudita, Venezuela y Qatar dicen que van a congelar la producción petrolera en los niveles de enero, siempre que los demás –léase: Irán- acepten hacer lo mismo.

En otras palabras, se podría decir que los cuatro grandes países productores de petróleo acaban de confirmar que no van a reducir la producción, la misma situación que imperaba la semana pasada, antes de que los precios del petróleo subieran ante la noticia de que habría conversaciones entre los miembros de la OPEP y Rusia.

El congelamiento enfrenta tres grandes problemas.

El primero concierne a Irán, que busca recuperar cuota de mercado luego del levantamiento de las sanciones petroleras.

Si suponemos que la producción petrolera de Irán trepará de 2,9 millones de barriles diarios en enero a 3,6 millones para fin de 2016, las existencias mundiales superarán los 3,400 millones de barriles para cuando llegue la Navidad.
La cuestión fundamental es que, aun sin que Irán aumente la producción, el exceso de oferta de petróleo sigue siendo gigantesco. Lo que se necesita son recortes verdaderos.

Esto plantea una segunda complicación. Arabia Saudita mantiene una política de maximizar su cuota de mercado desde fines de 2014 por la razón de que cualquier reducción de la producción que implemente beneficiará a un creciente grupo de competidores.

Esa política está a punto de dar frutos. El petróleo a US$30 el barril hace estragos en los balances de los productores estadounidenses. Si Arabia Saudita da cualquier indicio de capitular en su política, se arriesga a tirarles un salvavidas a los rivales estadounidenses justo cuando parecen estar al borde de quedar sumergidos.

La tercera complicación del congelamiento tiene que ver con un tema que no aparece en forma destacada en el debate sobre el petróleo en los últimos 18 meses pero que ahora está pasando a primer plano: la demanda.
Esta fue sólida en 2015: aumentó en 1,6 millones de barriles diarios, impulsada en parte por la caída inicial del precio del petróleo.

La Agencia Internacional de la Energía proyecta un crecimiento de 1,2 millones de barriles diarios este año, pero el preocupante comienzo de 2016 pone eso en riesgo.

Los últimos datos de comercio de China muestran una caída de 4 por ciento interanual en las importaciones de petróleo en enero.

Entretanto, en los EE.UU., los débiles márgenes de refinación indican que no todo está bien en el mayor mercado de gasolina del mundo.



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