Acantilados, escudos naturales contra los tsunamis y tormentas

Acantilados, escudos naturales contra los tsunamis y tormentas

Acantilados,  escudos naturales  contra los tsunamis y tormentas

Vista del farallón en cabo Samaná. Rocas deformadas calcáreas oscuras de edad Cretácico (120 millones de años).

SANTO DOMINGO.-Sobre ellos se aprecian y disfrutan los hermosos paisajes marinos que bordean carreteras cuando la gente sale de recreo o en otras misiones, tal como los trayectos del litoral sur desde la Capital a Boca de Yuma, los que conducen a la península de Samaná, Barahona o Pedernales.

Sin embargo, pocos saben que esas terrazas calcáreas por las que muchas veces se desplazan, se denominan “acantilados”, y son expresiones geográficas, precipicios, farallones o cortes verticales de terrenos que dan o pueden estar dentro de las costas.

“Desde el punto de vista medioambiental, tener esos farallones en nuestras costas, anulan un eventual riesgo y surgen como un escudo de protección ante asentamientos humanos si hay un terremoto de origen submarino frente al litoral sur, este o norte del país, y ante cualquier fenómeno atmosférico donde se generen olas hasta de tres metros de altura”, afirma Javier Rodríguez, especializado en petrografía y mineralogía en Alemania, y directivo de la Sociedad Dominicana de Geología.

A través de los acantilados se visualiza una tomografía en la que se observan cómo se forman los estratos del interior la Tierra, así como la deformación de estas rocas. Igual estas elevaciones pueden servir como refugio de aves, además ser usados en algunos lugares para la práctica de parapentes o paracaídas motorizados.

Orígenes
Los acantilados, se forman tanto como resultado de movimientos internos de la corteza terrestre sobre el mar o bien como producto de la fluctuación de este último que junto a la erosión de las olas, las corrientes marinas y los vientos, provocan que se vayan socavando la base de la masa rocosa y al ceder se siguen generando farallones de cortes verticales. Igual se asocian e inciden en su formación el calentamiento global o cambio climático que hoy se registra en el mundo.

De acuerdo con el geólogo, Javier Rodríguez, que dirige desde hace ocho años el Observatorio Sismológico del Politécnico de Loyola, los promontorios o acantilados se han estado levantando desde hace más de un millón de años en el país, particularmente, el de Cabo Francés Viejo, en Cabrera, el cual tiene más de trescientos metros de altura, con calizas coralinas que datan de unos 2.5 millones de años.

Costa sur
“Más de el cuarenta por ciento de los acantilados del territorio dominicano están en la costa sur, especialmente la sierra de Martín García, Barahona, Pedernales y la Península de Bahoruco, como también están en la costa sureste desde Najayo hasta Boca de Yuma y desde la bahía de Samaná hasta Cabo Cabrón, al norte de la península de Samaná”, comenta el geólogo egresado de la Universidad Católica Madre y Maestra.

Añade el experto que desde hace más de 600 millones de años se vienen dando cambios en el clima en la Tierra por razones externas como cambio de la órbita, no del hombre, que están influyendo de alguna manera en la formación de los acantilados.

Los polos

—Deshielos
Los deshielos de los polos que están siendo ocasionados por el cambio del clima influyen en la elevación del nivel del mar y en los últimos 18 mil de años inciden en la generación de los acantilados.