¡Abuso! Entrenadores salen ilesos cuando falsifican actas a niños

¡Abuso! Entrenadores salen ilesos cuando falsifican actas a niños

¡Abuso! Entrenadores salen ilesos cuando falsifican actas a niños

Juan Mercado

No hay dudas que el refrán muy popular que reza que la soga siempre se rompe por lo más débil sigue muy de moda en nuestro país.

Durante el pasado fin de semana corrió como pólvora la información de que una investigación realizada por la Major League Baseball (MLB) descubrió que el prospecto dominicano César Altagracia había falsificado su acta de nacimiento para acordar un contrato por US$4.0 millones con los Padres de San Diego. En la misma se reveló que es cinco años mayor a lo que dicen sus papeles originales.

Ahora lo que procede es que la MLB sancione a Altagracia por la falsificación. ¿Ustedes creen que Altagracia a los 14 años, pudo hacer eso?

Fíjense que en ninguna publicación los jerarcas de la MLB mencionan al entrenador y a sus padres, quienes deben ser los verdaderos responsables de esa situación.

Todos saben donde entrena Altagracia. La MLB debió mencionarlo en la denuncia, porque es obvio que lo conocen porque fue el responsable de la negociación con San Diego.

El dueño de la academia puede negarse y decir que no sabía que Altagracia tenía mayor edad, pero nadie le creerá, porque todos los entrenadores, cuando tienen prospectos que cuestan millones de dólares los investigan para no atravesar por esa situación.

La investigación cuesta entre US$700 y US$800, que no es nada para un entrenador de nivel alto.

De igual modo, los padres de Altagracia también tienen responsabilidad en este caso, porque permitieron que esto suceda.

Claro está, cuando un entrenador le dice a unos padres pobres que haciendo eso se ganarán un dinero tan grande, es lógico que se arriesguen.

La realidad es que en estos casos las sanciones son muy benignas, siendo la principal razón por la que seguirá sucediendo.

Ahora más que nunca la Justicia dominicana tiene que interesarse por estos casos y hacer pagar con cárcel a los que falsifiquen documentos oficiales, como las actas de nacimientos, siendo una de las formas más idóneas para detener la vergüenza que pasa el país cada vez que estos casos se presentan.