Ojalá algún día en nuestro país haya un verdadero sistema que brinde energía eléctrica veinticuatro horas, siete días a la semana. Estoy hasta el colmo de indignación por los constantes apagones que afectan el sector donde vivo y, supongo, que también las urbanizaciones, barriadas y comunidades donde viven la mayoría de los dominicanos y dominicanas.
En la zona donde vivo nos cobran circuito 24 horas y pagamos mensualmente una altísima tarifa, solo para que cada día nos interrumpan el servicio a las ocho de la mañana y lo devuelven a las 4:30 de la tarde. Cada vez que llamo a las oficinas de EDESUR para preguntar por las razones de este mal servicio me dicen que es muy extraña la situación, ya que las informaciones que ellos tienen en sus servidores no concuerdan con mi denuncia, que debe haber un error o alguna avería.
Lo más desesperante es que, desde hace una semana, además de interrumpir el servicio energético de ocho de la mañana a cuatro de tarde también lo están interrumpiendo de ocho de la noche a una de la madrugada. Es decir que nos están castigando con trece horas de apagones. Y lo que más duele es que si te atrasas un día en el pago te suspenden el servicio sin ningunaconsideración.
Es imposible que un país avance arrastrando este tipo de deficiencia. Tanto que se habla de progreso y se celebra que tenemos un metro y sin embargo no superamos una de las dificultades que la mayoría de las naciones resolvieron en la primera mitad del siglo XX. Con razón mucha gente considera que no somos un país organizado sino un conglomerado donde unos pocos hacen grandes negocios.
Y, por cierto, el de los apagones sí que ha sido un gran negocio para unos pocos. ¡Y qué largo este suplicio para la inmensa mayoría!
Los políticos del PLD nos vendieron la idea de que destruyendo la empresa estatal de electricidad y transfiriéndola a inversionistas privados resolveríamos los apagones y el país se ahorraría mucho dinero en pago de subsidios, además de que la electricidad se convertiría en un negocio rentable.
En lo único que demostraron tener razón es en que ha sido un gran negocio, el mejor negocio… ¿Quién podría creer en otra latitudes que existe un país donde se venden los apagones? Y muy caros, por cierto.
El presidente Danilo Medina inauguró su gobierno afirmando que los apagones serían cosas del pasado, pero los apagones siguen siendo parte del presente y cada día se empeora más la crisis energética, por lo que parece que serán cosa también del futuro. Y sobre todo, seguirán siendo un gran negocio, pues a juzgar por los proyectos en marcha que, de acuerdo a denuncias diversas, presentan graves irregularidades en su contratación, podríamos seguir por mucho tiempo sin luz y por mucho tiempo más desangrándonos para pagar las sobrevaluaciones de las nuevas plantas y de los préstamos para construirlas.
Mi desesperación es tal, en relación a los molestos apagones, que me siento motivada a invitar al gobierno chino, o a cualquier compañía eléctrica que ofrezca solución a bajo costo al problema eléctrico, a que den a conocer sus ofertas al pueblo y nos ayuden a identificar a los corruptos que obstruyen las vías que nos traerían luz permanente. Apoyaré con firmeza a quien tenga la determinación de sacarnos de este infierno en el que hemos permanecido sumergidos por tantos años.
Y si los políticos corruptos se atraviesan en el camino de la solución, estaré en la primera fila de lucha motivando al pueblo a que les apaguemos la luz del voto y coloquemos sus liderazgos en la penumbra a la que ellos nos tienen sometidos.
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