Abril, una gesta loable, la revolución es tarea de ahora

Abril, una gesta loable, la revolución es tarea de ahora

Abril, una gesta loable, la revolución es tarea de ahora

Hoy, que la nostalgia invade las mentes de muchos/as, es digno destacarse el arrojo, la valentía y determinación con la que el pueblo luchó en aquel abril. Fue loable ver como el pueblo salía a las calles a luchar y como militares se colocaron a su lado para defender nuestra soberanía y el regreso a la Constitución del 1963. Ahora bien, a pesar  de nuestros anhelos inconclusos de lograr lo que no se logró, no les llamemos a esa gesta, revolución.

Muchos de los grandes revolucionarios del mundo coinciden en que una revolución es transformadora, liberadora; implica cambios y transformaciones profundas en todos los ordenes: político, social, económico, educativo, etc. Sobraría decir que no conseguimos nada de eso en abril. Se pudo haber logrado, pero la funesta intervención yanqui, 4 días después del estallido social, frustró todos los esfuerzos del pueblo dominicano.

Nuestros nostálgicos revolucionarios no  suelen decir esto, pero al final nuestros muertos fueron mucho más que los de las fuerzas interventoras,  la Constitución del 63 quedó como letra muerta, no se logró la reforma agraria y Bosch jamás volvió a ocupar la presidencia de la República.

En síntesis, el conservadurismo se quedó con el Gobierno, trazó los linderos de nuestra economía y estancó nuestro deficiente sistema educativo.

Afortunadamente no todo está perdido, entre los y las de nuestro tiempo identifico muchos jóvenes  conscientes, que se esfuerzan por prepararse en todo el sentido de la palabra, por conocer su historia y prevenir el futuro. Jóvenes que hemos sido capaces de unir nuestras voces para condenar la injusticia, para defender el medio ambiente… para reclamar cumplimiento de las leyes.

Jóvenes que con su accionar están diciendo que la República Dominicana se merece una Revolución. Solo falta que identifiquemos las cosas que nos unen (fortalezas), que derrotemos los sectarismos que viciaron a nuestros antecesores (debilidades) y tracemos las riendas para convertir nuestros anhelos en realidades.



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