Antonio Espaillat está “tranquilo y consciente de su situación”, según su abogado
Santo Domingo. “Están tranquilos y conscientes de su situación”, así lo aseguró el abogado Miguel Valerio, representante legal de Antonio Espaillat y Maribel Espaillat, propietarios de la discoteca Jet Set Club, quienes son investigados por homicidio involuntario tras el colapso del techo del establecimiento el pasado 8 de abril, tragedia que dejó más de 230 personas muertas y más de 180 heridas.
Valerio declaró que sus clientes cuentan con los presupuestos suficientes para enfrentar el proceso, y subrayó que se han mantenido cooperando con las autoridades, desde que se presentaron voluntariamente ante la Procuraduría General de la República.
“No tienen intención de sustraerse del proceso. Antonio Espaillat es un hombre trabajador, no violento, y ha actuado con respeto desde el primer día. Está consciente de lo que enfrenta”, afirmó el abogado, tras visitarlos en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva.
El jurista sostuvo que el caso debe tratarse con seriedad y altura, particularmente por el respeto que merecen las víctimas.
“Somos muchos abogados en este proceso, pero lo importante es que la discusión se mantenga técnica, sin espectáculo y con respeto absoluto a las víctimas. A todos nos duele lo que pasó”, insistió.
Sobre las acusaciones de imprudencia, Valerio indicó que se trata de un proceso legal donde corresponde determinar responsabilidades sin caer en juicios públicos anticipados. Agregó que su equipo se prepara para la audiencia de medida de coerción, que se espera sea presentada este sábado.
También se refirió a las versiones de una supuesta advertencia previa sobre el estado del techo y a acusaciones de intimidación de testigos, señalando que se trata de elementos bajo investigación y que en su momento presentarán sus argumentos.
“Hay muchas cosas que se han dicho en redes que no se corresponden con la realidad. No es momento para likes ni fake news”, subrayó.
Finalmente, Valerio pidió que el proceso judicial continúe de forma respetuosa y sin malinterpretaciones.
“Este caso debe servir de pedagogía jurídica, no de sensacionalismo. Lo que toca ahora es esperar la medida de coerción y seguir el curso del debido proceso”, concluyó.
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