
Desde que Bernardo Vega nos enseñó que el antihaitianismo de Trujillo tuvo fecha de inicio y final, y un propósito determinado, alegar ignorancia es perversión o ingenuidad supina.
Dice Vega en un artículo publicado el 19 de septiembre del 2005: “En varias ocasiones políticos dominicanos han utilizado el antihaitianismo como instrumento político.
Durante los primeros seis años de la dictadura de Trujillo, éste no solo no permitió ninguna crítica al pueblo o al gobierno haitiano, sino que visitó en más de una ocasión a ese país donde al besar la bandera haitiana, declaró públicamente sentirse orgulloso de que sangre haitiana corriera por sus venas”.
