Hugo López Morrobel
El país definitivamente está metido de lleno en pelota, al punto que la gente en las calles habla más sobre la situación del Todos contra Todos, que de política, a pesar de que están movilizando todos los principales “turpenes” por toda la geografía nacional.
Y es que el béisbol, sin duda, despierta pasiones, tanto o más que la política, a pesar de que esta última, de acuerdo a como se aplique, incide de manera directa e indirecta en todo el quehacer de los ciudadanos.
Una clara demostración de esa pasión alocada de los dominicanos por la pelota, quedó demostrada ayer en el choque entre Tigres y Leones en el estadio Quisqueya, Juan Marichal.
Mientras eso ocurre en el torneo de béisbol profesional, ya en el tramo final del “Round Robin”, en el seno del Comité Olímpico la crisis tiene visos de empeorar, sin que aparezca un árbitro que intervenga.
Cada día que pasa esa grave situación, por lo visto sin perspectiva de una adecuada solución, es un golpe en el mismo corazón del deporte de aficionados, debido a que los que todavía están como los renunciantes, son en más de un 90% presidentes de federaciones.
No se si sería pedir mucho, pero creo que ante la negativa de las personalidades que han sido llamadas para que sean mediadores, sería interesante una “llamadita” del presidente Luis Abinader, debido a los grandes compromisos que ha asumido su gobierno con los deportes, tanto en términos económicos y de proyección del país.
Creo que haría una excelente contribución al deporte nacional, si sacara aunque un “momentito” de su ajetreada agenda política y gubernamental, para instar a los dirigentes a que traten de encontrar a la mayor brevedad, una solución armoniosa a sus contradicciones.
