El presidente Luis Abinader se encuentra desde el sábado en Nueva York para una estadía de cinco días, que incluye una apretada agenda que lo llevará a participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Este momento es el más propicio para la participación del jefe de Estado dominicano ante los países miembros de las Naciones Unidas ante la gravedad que implica la situación de Haití con un progresivo deterioro de su institucionalidad y de su sistema político.
Entre los puntos que abordará en su intervención del miércoles está, precisamente, la inestabilidad en Haití.
En varias ocasiones el Gobierno dominicano ha advertido que el país no está ni puede cargar con la situación económica y social que viven los haitianos, aunque las autoridades de este lado de la isla siempre han extendido la mano a la vecina nación cuando las circunstancias lo han exigido.
El asesinato del presidente Jovenel Moïse, ocurrido el pasado 7 de julio, y el terremoto de 7 grados en agosto, pusieron al desnudo la triste realidad que viven estos habitantes, con un deterioro más evidente de su pobreza y de su marginalidad.
República Dominicana, como bien lo ha comprendido el presidente Abinader, debe asumir un papel protagónico para que la comunidad internacional entienda su responsabilidad histórica ante Haití, ya que no se puede permitir su agravamiento por la falta de institucionalidad y del desorden que se ha establecido con la complicidad de diferentes sectores.
La prensa recoge que embajadores en Haití de varios países, incluyendo los de España, Estados Unidos y de la Unión Europea, abogan por la necesidad de impulsar una mínima estabilidad institucional, lo que vendría a tener un alto nivel de repercusión en su sistema democrático y también en el clima de seguridad.
Se recoge en medios de comunicación que el Core Group, que agrupa a los embajadores de España, Alemania, Brasil, Estados Unidos, Francia, la UE, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la ONU, está interesado en el buen funcionamiento de la democracia, entonces bien hace el presidente Abinader cuando aprovecha el escenario de las Naciones Unidas para elevar la voz de República Dominicana ante lo que ocurre en Haití. Y cuenta con el apoyo de todos los dominicanos.