El país vive eventos, variados y complicados, que obligan a pensar en sus lideres; los necesitamos honestos, que cuiden los sanos valores, que busquen el desarrollo integral, equilibrado, humano, de la población.
Algunos lideres, muy activos, prácticamente, iniciaron la campaña para las elecciones presidenciales 2024 – 2028;las complejas situaciones que vive la nación requierenque sean bien intencionados, que no busquen poder y riqueza para beneficio personal, que piensen en los indigentes, en la paz.
Pido a Dios que nos libre de los que, con demagogia, buscan elevarse y solo pasan por el territorio de los pobres, a recoger su voto.
Estuve pensando entrescandidatos de la oposición, aspirantes a la presidencia de la Republica: Miguel, Abel y Leonel; sus partidos políticos, PRD, PLD y FP, cada uno, recibirá una contribución económica del Estado de 252 millones de pesos; tienen otra coincidencia, sus primerosnombres terminan en“el” y al pronunciarlos, ritman¿señal de que al final de la campaña, seunirán para enfrentar candidatos cuyos nombres tienenotro terminar?
Miguel y Leonel tienen pinceladas similares en sus orígenes,objetivos, prioridades; paraalcanzar sus metas, agarraron el guía del vehículopolítico por el que se desplazan;prefieren partirlo en pedazos, antes que cederlo; quieren poder; de hecho, tienen historias de acuerdos, como aquel “de las corbatas azules”.
Miguel, desde que adquirió su carropolítico, nolo enciende mucho, excepto en campaña presidenciales; esta al asecho; parecería que lo alquila, para transportarpasajeros;da señales con cambio de luces;busca víasegura y rentable; “la estrategia” le ha dado resultado; ha logrado que el Estadole mantengala contribucióneconómica.
El carropolítico deLeonel se mantiene activo, tocando bocina, cambiando de garaje, dependiendo de la posibilidad de ser o no,el conductor;así logró la primera magistratura del Estado y realizaciones personales; de “hijo de machepa“ pasóa “tutumpote”;aspira volver a la presidencia. Por ese motivo, salió a toda velocidad del garaje donde estaba, pues no apoyaron sus aspiraciones;fabricóotro, llevándose ayudantes. Comoconductor, mira hacia todo lado, busca cualquierpasajero; es el momento que atiende pobres; los visita, defiende, monta; conseguida la meta o terminado el proceso, los desmonta y suben losricos, poderosos.
El carro político de Abeltiene garaje ydirectrices; perocomo conductor parece un niño,con juguete en las manos; aprende; con sus actitudes yacciones, pregunta si vabien, en su intento de atraergente, que confíen en él.¿Qué hará, finalmente, con “su juguete” ?,¿terminaráestallándolo, regalándolo, negociándolo? Su escogencia para ser conductor nacional guarda similitud con Leonel, cuando fue elegido por encima de los lideres históricos del PLD.
Así se desplazan estos lideres, conduciendo sus vehículos a todo terreno; parecería que, como el final de sus nombres, Abel, Leonel y Miguel, terminaran unidospor intereses; suspartidosen la oposiciónbuscan escalar. Miguel, con sus metas personales, observa, medita, pondera el camino a seguir; Leonel, con másexperiencias, sonríe, presiente el final,no cambia su formato: anestesia conceptualizando,envía guiñosa poderosos, los recibe en sufundación y eventualmente, baja a repartir caramelos a menesterosos, por conveniencia y compasión…
Oh, Dios,¡¡hasta cuándo aceptar el cliché del precio de la democracia!!