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Santo Domingo.-Miles de árboles, en ocasiones centenarios, son derribados a diario para dar paso al desarrollo urbanístico vertical, convirtiendo las ciudades en placas de cemento, que absorben la energía solar y la transforman en calor o altas temperaturas, que en las últimas décadas ha provocado el fenómeno del cambio climático.
Gran número de esas especies pueden ser salvadas y brindar servicios ecosistémicos, como producir oxígeno y captar de dióxido de carbono, mitigando así parte del daño que el hombre está generando a la naturaleza.
