¡A su orden, mi general!

¡A su orden, mi general!

¡A su orden, mi general!

Rafael Molina Morillo, director de El Día

-¡Atención, soldado! ¿Qué hora es?

– La que usted quiera y ordene, mi General.

Las líneas que anteceden son una inocente caricatura de lo que representan las relaciones entre los alistados, por un lado, y los oficiales de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional por el otro.

El general retirado y diputado Jorge Radhamés Zorrilla Ozuna ha propuesto una iniciativa en el Congreso para que en la nefasta reforma constitucional que se nos pretende imponer mediante artilugios leguleyescos e interpretaciones jurídicas caprichosas, se establezca el derecho a votar a los policías y militares.

¡Imagínese usted! La iglesia en manos de Lutero.

Se estima en 90,000 la población castrense y policial que se traduciría en igual cantidad de votos manejables con una simple orden militar de un jefe supremo.

¡En un país donde se gana con un voto de diferencia… y donde también se gana con ningún voto, si fuera necesario.

¡No, señores militares-políticos! Zapatero, a tus zapatos, y guardias a los cuarteles …o a vigilar la frontera. A otro perro con ese hueso.



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