A quien pueda interesar
Señores:
Es hora de poner las cartas sobre la mesa, con la faz hacia arriba, dejar todo suspenso y plantear de manera clara y transparente hacia dónde apuntan ustedes, pues es importante que la justa preelectoral tenga ya definidos todos sus jugadores sin misterios ni agendas ocultas.
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Deben saber que seguidores ansiosos, sacudidos por la incertidumbre, el miedo y la pesadilla contaminan la atmósfera, esparcen inquietudes, nerviosismo y hasta crean sus propios esquemas de democracia imponiendo sus voces y silenciando a terceros.
Incluso, asumen como un dogma su preferencia política y pretenden imponerla como aquella iglesia antigua, a sangre y fuego, con aplastamiento y humillaciones, porque, desde su óptica, la patria se unifica solamente con un pensamiento único, una visión homogénea, una cultura de borregos.
La dinámica social funciona -según su creencia- solamente cuando no hay disensos ni piedras en el zapato. Es decir, con la capacidad crítica anulada todo es mejor, el país opera como un organismo perfecto, a su gusto, protegiendo sus cadenas de intereses.
A Balaguer le fascinaban las decisiones políticas al filo de la medianoche, con sigilo y escalamiento, afincado en un supuesto factor sorpresa como ventaja comparativa, para dejar a sus adversarios boquiabiertos y entretenidos en toda suerte de especulaciones.
Pero eran tiempos distintos, de atmósferas análogas, con un escaso flujo de información y una larga vigencia de las noticias del día. Hoy todo fluye de manera diferente, a altísima velocidad. Los tiempos son líquidos y todos nos enteramos de las intimidades políticas, del juego más intrincado y hasta de los secretos de alcoba.
Siempre habrá alguien -con todas las facilidades de comunicación de la esfera digital- dispuesto a levantar el velo y compartir al instante aquellas cosas que antes estaban reservadas a los historiógrafos para ponerlas exclusivamente en sus anales años después, desdibujadas y manipuladas según la ideología.
No pierdan su tiempo tratando de vender el humo de una falsa ética, porque en este terruño todos nos conocemos bien y sobran las colindancias para tener un retrato hablado exacto de cada uno de ustedes y saber quién está en política para robar y quién para servir.
Finalmente, dejen al pueblo escoger su propio destino, aunque se vaya de bruces por el barranco y toque fondo. Quizás esto sirva para levantarse como nación dispuesta a cambiar todo lo que obstruye su desarrollo, su libertad y su dignidad. Dejen que las cosas ocurran.
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Victor Bautista
Máster en Dirección de Comunicación OBS/Universidad de Barcelona. Egresado de la UASD como licenciado en comunicación. Ha sido alto ejecutivo de medios impresos, de TV e internet. Actualmente es socio director de Mediáticos Consultores de Comunicación.
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