A medida que vamos creciendo y los años van pasando nos damos cuenta de muchas cosas y todas son cuestión de perspectivas, pues lo que para mí es bueno y válido, para otros no lo es; lo que para mí es regla de vida a otros les causa indiferencia, y así vamos viendo cómo la relatividad de Einstein se hace presente día a día, sin que muchos la puedan entender ni asimilar.
Porque, al fin y al cabo, todo es según el cristal con que se mire y los zapatos que vas calzando.
Es gracioso a veces oír como otros quieren darte consejos sin poner en práctica ni una milésima parte de lo que quieren que tú logres hacer y más curioso es como otros entienden que vivir es solo disfrutar el momento bebiendo, viajando, saliendo o compartiendo con los amigos y familiares.
Es curioso como los demás se sienten con el derecho de decirte que “no estás viviendo” por el simple hecho de que no lo haces a su manera o como ellos consideran que se debe vivir.
Lo realmente importante es entender que la vida no es un bonche ni una gozadera, que la vida es mucho más que salir un viernes o sábado en la noche, que es más que cumplir con las expectativas de los demás, ya sean conocidos o desconocidos… y al escuchar que la vida es corta, podamos entender que todos tenemos una misión especial desde que nacemos y es precisamente un compromiso con nosotros mismos, pues más que el final, es el principio para amar a los demás, disfrutar lo que hacemos, ya sea a lo que llamamos trabajo o diversión.
Descubre y escoge bien qué quieres hacer y con quién lo quieres hacer… lo demás terminará siendo “pecata minuta”.
¡No te limites!