Con parte de los atletas camino o ya en Toronto, y a menos de 48 horas de iniciar este viernes 10 de julio los XVII Juegos Panamericanos, resulta extraño que la cúpula olímpica no haya aventurado un pronóstico sobre la cantidad de medallas a que aspira conquistar la delegación de la República Dominicana, que integrarán 242 atletas en 26 deportes, cifras récord.
En ese sentido, resulta sintomática una reacción del presidente del Comité Olímpico, Luisín Mejía, aparecida en la edición de El Día de este miércoles 8, en la que asevera que nuestros atletas “se prepararon acorde con los recursos que recibió el COD”, lo cual puede interpretarse en uno de dos puntos de inflexión: pesimismo u optimismo. Resulta que en los aprestos para la participación en estos Panam, no se ha escuchado a federados o sus directores técnicos blasonar o reivindicar una buena preparación de sus pupilos, lo cual pone a pensar en el significado que subyace en la declaración del porfiado y preclaro dirigente, el amigo Mejía.
Otro aspecto a tomar en cuenta sobre la ausencia de proyección del logro de medallas, es la percepción que cada vez cobra mayor cuerpo en nuestro mundillo deportivo y que pocos la expresan a nivel de los de medios: que el COD, en sus declaraciones públicas, subvalúa las verdaderas expectativas de conquistas, para cuando se alcance o se sobrepase lo anunciado, presentarlo ante el país como un gran éxito del deporte.
Inclusive, ante el fracaso indiscutido en los Centroamericanos y del Caribe de Veracruz (México-2014), cuando solo se lograron 20 medallas de oro, un tercio menos de unas 30 esperadas (hasta pusieron al Presidente Medina a pedir no menos de 30), como por arte de magia convirtieron ese fracaso en una fanfarria triunfal, cuando apenas se logró un total de 77, muy por debajo de cerca de 100 pensadas.
Ahora, cuando la RD asiste a unos Panamericanos con su mayor cantidad de atletas en una cita foránea, se supone que debería superar sus totales anteriores (29 en Río de Janeiro 2007; 33 en Guadalajara 2011). Pero ante la reserva de pronósticos, debemos ponernos en expectativas para cuando concluya la cita canadiense, ver cómo y por dónde conducen los efectos de la cosecha.