Los (as) jóvenes han sido determinantes en las luchas del pueblo dominicano en todos los periodos históricos:Juan Pablo Duarte, en el tiempo de la independencia; Gregorio Luperón, en la lucha restauradora; Manolo Tavares y las hermanas Mirabal, en la etapa del trujillato; Amín Abel, en los doce años de Balaguer; entre miles de ejemplos que pudiéramos destacar.
Paradójicamente,en la etapa que a mí me ha tocado vivir como joven, es decir, en el presente, mucha juventud parece como si viviera indiferente ante los graves problemas del país. Eso lo percibo a diario hablando con mis compañeros(as) de la universidad, con mis amigos (as), y en las redes sociales en que participo a través de la web.
«¡A mí que no me hablen de política!» Es la aclamación que escucho cuando alguien toca algún tema relacionado con los problemas del país, evidenciándose que muchos de los(as) jóvenes de mi entorno muestran un gran rechazo a esta hermosa ciencia.
Tengo la impresión de que este rechazo a la política está relacionado con lo que ha ocurrido con el oficio político, es decir, con el ejercicio del poder, que ha tomado un rumbo totalmente desalentador, puesto que los principales líderes políticos, lejos de trabajar por el bien común, se han dedicado a amasar grandes fortunas malversando el dinero del pueblo,outilizan el poder para protegera narcotraficantes y delincuentes que les otorgan prebendas y dinero mal habido, que ha servido como principal patrocinador de campañas políticas, que luego se devuelve con acciones que favorecen la impunidad frente a graves crímenes.
El rechazo a la política es en realidad un rechazo al equivocado rumbo de los políticos que han detentado el poder. Contrario a quienes creen que los jóvenes somos indiferentes, a mí me parece que esa actitud es más bien un acto de rebeldía frente al mal ejemplo que ofreceel liderazgo político.
La sociedad dominicana necesita profundos cambios que solo serán realidad cuando los jóvenes nos empoderemos, contribuyendo a definir un liderazgo caracterizado por la honradez y la vocación de servicio.
Yo creo que los jóvenes seremos capaces de contribuir con esoscambios. Y para eso tenemos que mirar hacia la política, hacia otra manera de ejercer la política.
Es cierto. Los jóvenes estamos cansados de políticos corruptos. Queremos un mejor país. Y para que eso ocurra necesitamos asumirnos como ciudadanos, como personas comprometidas, participando en la construcción del futuro. Lo que seamos en el futuro estará determinado por lo que seamos capaces de hacer en el presente.
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