A los rusos les llegó su hora

A los rusos les llegó su hora

A los rusos les llegó su hora

Hugo López Morrobel

Una verdadera lástima y un desprestigio nunca visto experimenta el deporte ruso, tras el aislamiento total que por cuatro años le impuso la Agencia Mundial Antidopaje para todo tipo de eventos internacionales.

Era una medida que se había dilatado, por que desde hacía años se les estaba advirtiendo que este paso sería puesto en ejecución si no daban un giro de 180 grados en su política para combatir el dopaje.

La dilación, como es lógico, obedecía al peso específico a nivel político, económico y militar que tiene Rusia, por lo que una medida de ese tipo tenía que ser muy bien analizada para ponerla en ejecución.

Empero, la copa se rebosó, porque en vez de cooperar con las investigaciones, las autoridades rusas, patrocinadoras de esa barbaridad, continuaron la práctica, quizá en la creencia de que eran “intocables”.

La situación llegó a tal punto que la comisión instó al presidente Vladimir Putin a tomar cartas en el asunto, pero de acuerdo a informes, este favorecía y fomentaba el dopaje.
El deporte, históricamente, ha sido utilizado, por los resultados, para demostrar “superioridad” de naciones y razas sobre otras.

Yelena Isinbáyeva, bicampeona olímpica de pértiga, cree que las sanciones han sido “extremadamente crueles, injustas, atroces y asesinas”, pero a la agencia antidopaje no le quedaba otra alternativa, al comprobar que el dopaje es una política aprobada por todos .
“A todo cerdo gordo le lleva su hora”, y eso sucedió con el deporte ruso.



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