¿Cuántas veces te has encontrado en la encrucijada de mantenerte apegad@ a la seguridad o seguir el impulso de tu corazón, y lanzarte con paracaídas por aquello por lo que suspiras?
Es difícil que una persona adulta no haya tenido elecciones de este tipo.
Cada día enfrentamos decisiones similares sin ni siquiera darnos cuenta. Observa: cuando tomes la ruta a tu trabajo en lugar de seguir una alterna por temor a que la nueva ruta esté rota y te retrases.
Observa cuando eliges el café regular en lugar de uno diferente porque quizás aquel no te guste. Ya conoces el sabor y el costo del rutinario. Diariamente dejamos de experimentar nuevas oportunidades de éxito porque sentimos miedo de fracasar y preferimos lo “seguro”.
¿Qué tanta satisfacción, alegría o felicidad sentimos con la rutina diaria?
La mayoría de las personas han sido adiestradas o programadas para proceder de una manera determinada. Es fácil seguir el modelo en automático. Perseguir lo diferente tiene un precio que muchas veces no nos atrevemos a pagar.
Si detienes la locomotora de tu vida y observas a tu alrededor, podrás descubrir que hay opciones. Desde este momento tus sentidos y tu alma empezarán a estar más receptivos a esas oportunidades que anhelas.
Empieza por rodearte de personas progresistas que anhelan triunfar al igual que tú. Cuidado con los consejos: el camino al éxito está lleno de espinas que vienen de personas que aseguran apreciarte y quienes al no tener ambiciones procuran apagar las de los soñadores. Instrúyete en eso que quieres alcanzar.
Aun cuando no tengas los recursos para estudiar busca información en la internet u otros espacios donde aprendas. No dudes en buscar orientación de quienes han llegado primero. No dejes que la seguridad te impida alcanzar la felicidad de lograr aquello con lo que sueñas.