El optimismo que impera entre los integrantes de la selección nacional de baloncesto, para el enfrentamiento de hoy ante el equipo de Panamá, es sencillamente increíble.
Todos están contestes de que se logrará el objetivo, que es clasificar al Campeonato Mundial que se efectuará en Filipinas, Japón e Indonesia, del 25 de agosto al 10 de septiembre de 2023.
En ese sentido, todo el país espera lo mejor de un equipo que ha estado concentrado bajo la dirección del probado técnico argentino Ernesto Ché García.
Hay que recordar que la República Dominicana ha participado en un Mundial de Baloncesto en dos oportunidades, la primera fue en Filipinas 1978, y luego en España 2014.
En lo que se debe hacer un gran esfuerzo, es para evitar las acostumbradas guerrillas que han sido siempre el principal dolor de cabeza de los dirigentes de la selección.
El ego de algunos jugadores sale a flote, lo que constituye un contratiempo que en ocasiones ha sido el factor principal en contra del logro de triunfos.
Por lo tanto, hay que tener los ojos muy abiertos para evitar esos fatales contratiempos.
Pero no hay duda que si eso se evita a toda costa, dado el entusiasmo existente entre los integrantes de la selección, se espera que en esta ocasión, también se logre esa hazaña, por lo tanto , todos los dominicanos, estarán pendientes del resultado de esta noche ante los istmeños.
La consigna debe ser dejar el pellejo en la cancha para estar en el Mundial, sí o sí.
RADARES.- El retiro es una condición que no todo el mundo está en capacidad de aceptar, en especial, cuando se ha sido exitoso en una actividad cualquiera.
La mayoría entiende que mantiene condiciones físicas y mentales para seguir laborando por los siglos de los siglos.
Eso es precisamente, lo que ocurre con el conocido exlanzador Phil Regan, de 86 años, quien demandó esta semana a los Mets, al considerar que fue víctima de acoso y un ambiente laboral hostil que derivó en su cancelación en 2019.
Creo que Regan ya no está en sus cabales, porque nadie puede creer que puede desempeñar en un 100 % el trabajo tan exigente y complejo como entrenador de lanzadores de una organización de Grandes Ligas, con las limitaciones que por naturaleza conlleva una edad tan avanzada. Pero, veremos qué determina la justicia de EE. UU.