ay cuentos de animales bravos que cuando no tienen enemigos se picotean ellos mismos. Quizás así pase con el PLD. Es absolutamente imperdonable e incomprensible que un sindicato controlado por el partido oficial, la ADP, sea la mayor retranca impidiendo las transformaciones en el sistema educativo que impulsan conjuntamente el Ministerio de Educación y el sector privado, principalmente Educa.
Temerosos de perder prebendas ganadas espuriamente por la política, los jefecillos del sindicato de maestros ofrecen terrible lección de mediocridad y mezquindad al boicotear la designación de 18 directores regionales por concurso según méritos y competencia.
Pulseando con el ministro Navarro, la ADP hace huelgas y amenaza con quebrar el orden y la paz en escuelas públicas.
Tal avilantez merece la más fuerte respuesta legal posible; una inmensa mayoría aplaudirá estruendosamente.
¿Cómo se justifica que el propio PLD haga peligrar la educación o amenace a las autoridades? Si el Gobierno tolera este nefasto desafuero sin imponer consecuencias, la azarosa impunidad seguirá campeando.
La legalidad ni el poder deben transigir ante delincuentes abusadores.