A confesión de partes…

A confesión de partes…

A confesión de partes…

German Marte

Como una bala perdida, la acusación vino de donde menos se esperaba: de la mismísima boca de uno de los fundadores del partido, Franklin Almeyda.

Lo que no se esperaba el exrector era que la respuesta iba a ser tan venenosa: vago, le ripostó el vocero del que firma los cheques de un cuarto de millón de pesos que cobra cada mes.

Almeyda se molestó por unas declaraciones que días antes ofreció Roberto Rodríguez Marchena, quien luego de llenar de elogios al presidente Danilo Medina –como en los “mejores” tiempos del dictador R.L. Trujillo- llegó a decir sin tapujos que no veía a nadie en actitud de dar continuidad a la “magnífica” obra del mandatario, con lo cual deja entrever la reelección como “una necesidad”.

Hombre de mecha corta, el ministro sin cartera lanzó un “jab” al mentón del lord inglés aplatanado, con una pregunta tan barrial como fulminante: ““¿Cuánto vale la tranquilidad? Tu chequecito @RobertoRodriguezMarchena #TumbaPolvoPorUnChequesito”.

Si lo hubiera dicho en un pasillo del Palacio Nacional, posiblemente las cosas no hubieran pasado de ahí. Pero fue a través de Twitter. De inmediato, el mensaje se convirtió en tendencia.

Pero si rápido se propagó el buscapié de Almeyda, más rápido se difundió la réplica del –hasta ahora- siempre correcto Rodríguez Marchena, cuando quiso marcar una distancia ¿ética? entre los dos, al señalar que no se aferraba a un sueldo, pues en 2006 renunció al carguito y de paso al chequecito que cobraba en el gobierno de Leonel Fernández y que lo hizo por lealtad al evangelio según san Danilo (N. del A).

“Tú en cambio @franklinalm combates al gobierno de @PLDenlinea como obcecado opositor mientras COBRAS EL CHEQUECITO de 250 mil pesos de ministro sin trabajar”, decía el explosivo tuit de Marchena que todavía retumba en los oídos de Almeyda.

Y entonces se produjo una lluvia de opiniones en las redes y en los programas de fin de semana. Unos a favor de este, otros a favor de aquel.

Pero como acontece con el viejo acertijo de quién fue primero, si la gallina o el huevo, aquí lo más importante no es ver cuál de los dos tiene la razón. Quizás hay un empate.

Lo mejor y lo peor de este enfrentamiento entre dos figuras prominentes del oficialismo es que pone en evidencia lo que todos sabemos: que en el Gobierno hay gente que cobra hasta RD$250 mil mensuales sin trabajar y otras que cobran por dar loas. Y eso es corrupción.

¿Cuántos “tumbapolvo” más hay en este gobierno? ¿Cuántas sanguijuelas moradas hay pegadas a la teta del Estado, desangrándolo, vagos cobrando RD$250 mil cada mes?
Es tiempo de ponerle fin a esto.



German Marte

Editor www.eldia.com.do

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