Sólo faltó que a Juan Marichal lo pusieran a lanzar a la zurda en la develizada estatua del astro dominicano del box, que una vez más cumplió con el país acudiendo al acto con toda su familia…
¡Salve, Monstruo!… En el acto hubo luces y sombras, como haciendo honor al nombre de la empresa encargada de erigir la escultura de pie levantado del emblemático número 27 nativo de Laguna Verde…
Justamente, dijo el encargado de la obra que se decidió poner al frente el nombre de los Gigantes y no del Escogido porque allá brilló más…
¿Y eso también se dejó totalmente en sus manos?… Además de los errores históricos, no se justifica que en un testimonio de ese nivel, que pretende ser imperecedero, no se haya tenido el suficiente cuidado para revisar una y otra vez su contenido, a pesar del subdesarrollo…
Nada, “el palo ta’ dao”, ahora a cambiar lo más rápido posible ese “tollo literario”…