A 57 años de la caída del Che

A 57 años de la caída del Che

A 57 años de la caída  del Che

Claudio Caamaño Vélez

Un día como ayer, 9 de octubre, en 1967, fue anunciada la muerte de uno de los personajes más trascendentes de la historia contemporánea: Ernesto “Che” Guevara.

No luchaba por ambición (dejó atrás muchas cosas), lo hacía por amor a los oprimidos, a los descalzos y analfabetos. Luchaba por el derecho a la salud y el bienestar de los seres humanos del mundo. Luchaba por la justicia social.
Luchaba contra un sistema que promovía un mundo donde muchos no tienen nada, mientras unos pocos tienen demasiado.

Podemos estar de acuerdo o no con él, pero todos tenemos que admirar a un hombre que luchó hasta la muerte por sus ideas.
Mataron al Che en una escuelita de la Higuera, entre las pobres y olvidadas montañas de Bolivia. Pero olvidaron que las balas no destruyen un ejemplo, ni pueden matar los ideales. Mataron al hombre, pero convirtieron al personaje en una leyenda eterna.

Les comparto la carta que escribió a sus hijos para ser leída en caso de muerte:
“Queridos Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto:
Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre ustedes. Casi no se acordarán de mí y los más chiquitos no recordarán nada.

Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones.
Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la Revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada.

Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.
Hasta siempre, hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un gran abrazo de Papá.”