Ludovino Fernández, hijo de Fernández Dominguez; Paola Caamaño Acevedo, hija de Caamño, y Juan Lora, hijo de Lora Fernández, no quisieron faltar a la cita, a pesar del coronavirus.
SANTO DOMINGO.-Ellos son hijos de tres de los más destacados protagonistas de la Guerra de Abril de 1965: los coroneles Rafael Tomás Fernández Domínguez, Francisco Alberto Caamaño Deñó y Juan Lora Fernández. Y por eso -sin vacilar ni un ápice- decidieron que ni la pandemia del coronavirus podía impedir que fueran hoy , como lo hicieron, a rendir tributo a sus seres queridos, que más que sus padres, son hijos ilustres de la Patria.
Lo hicieron discretamente, muy conscientes del peligro que representa el coronavirus. «Los primos», como se consideran entre sí Ludovino Fernández, hijo del coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez; Paola Caamaño Acevedo, hija del coronel Caamaño y Juan, hijo de Lora Fernández acudieron, como de costumbre, ante los bustos de sus padres al conmemorarse este viernes el 55 aniversario de la gesta patriótica más importante de la República Dominicana durante todo el siglo XX.
Primero fueron a la avenida George Washington, donde están los bustos de Fernández Domínguez y Lora Fernández y depositaron sendas ofrendas florales, y luego se trasladaron a la avenida Francisco Alberto Caamaño Deñó (más conocida como avenida del Puerto) donde hicieron lo propio.
No les importó que el lugar no estuviese lleno de personas. No hay condiciones para eso. Pero igual, sus corazones estaban henchidos de emoción, con la satisfacción del deber cumplido.
De allí, «los primos» partieron juntos hasta la Plaza Patriótica, que no se sabe por qué razón está detrás y no delante de las Oficinas Gubernamentales de la avenida México, entre la 30 de Marzo y la Doctor Delgado, justo al frente del Palacio Nacional.
En esa última plaza rindieron tributo, además de Caamaño Deñó, presidente Constitucional en Armas, a Lora Fernández y a Fernández Domínguez, así como a los comandantes Monte Arache (jefe de los legendarios «hombres rana» y a Héctor Lachapelle, el único que aún sobrevive de ese grupo de valientes.
Juan, quien igual que su padre, optó por ser un militar de carrera, además de ingeniero agrónomo, iba con su uniforme y sus insignias de teniente coronel, como queriendo decir: «papá estoy orgulloso de ti y quiero que lo sepa el mundo». El coronel Juan Lora Fernández fue jefe de Estado mayor del Ejército constitucionalista. Murió en combate durante el ataque al hotel Matum.
«Nuestro objetivo es que nos borre la memoria histórica de este pueblo, y lo que hicieron estos hombres por la Patria», dijo Lora.
Indicó que además del 24 de abril, sobre la Revolución del 65 hay otras cinco fechas clave que la juventud debe recordar: el 27 de abril, feche en que las tropas constitucionalistas triunfaron en la batalla del puente Duarte; el 28 de abril, «el día más oscuro», pues ese día se produjo la segunda invasión de tropas norteamericanas al país, cuando desembarcaron por la Playa de Los Gringos, Haina, una parte de los soldados invasores, mientras que otra parte penetró por la base aérea de San Isidro, algunos desde paracaídas. Eran parte de la poderosa 82 compañía aerotransportada de los marines de Estados Unidos, primera potencia mundial.
Otra fecha clave es el 30 de abril. Ese día, por orden del mando constitucionalista, Lora Fernández y un grupo de patriotas se apoderan la fortaleza Ozama, donde estaba entonces el campamento de los cascos blancos. Luego de tomar la fortaleza, los soldados constitucionalistas repartieron armas al pueblo, que luchaba desarmado, apenas con palos y piedras.
La otra fecha es el 19 de mayo. Ese día cayó en combate el coronel Fernández Domínguez, el ideólogo del levantamiento militar constitucionalista. Murió luchando durante un intento por tomar el Palacio Nacional, símbolo del poder.
También está el día 3 de septiembre, fecha en que Caamaño le entrega el Poder a García Godoy para que encabece un gobierno transitorio responsable de organizar elecciones.
Por último, está 19 de diciembre, cuando se produce el ataque traicionero de los golpistas al Hotel Matum, en Santiago, donde estaba reunida la cúpula de los militares constitucionalistas. Allí murió combatiendo el coronel Lora Fernández.