"Tengo 28 años y nunca he tenido un orgasmo": qué es la anorgasmia, uno de los trastornos sexuales más raros en hombres

«Tengo 28 años y nunca he tenido un orgasmo»: qué es la anorgasmia, uno de los trastornos sexuales más raros en hombres

«Tengo 28 años y nunca he tenido un orgasmo»: qué es la anorgasmia, uno de los trastornos sexuales más raros en hombres

La anorgasmia puede ocurrirle a la gente por varias razones.

Aunque en las mujeres es una de las disfunciones sexuales más comunes, también los hombres pueden sufrir de anorgasmia, aunque en su caso este trastorno es mucho menos frecuente y difícil de diagnosticar. A continuación el testimonio de un hombre que lo padece.

línea.

Tengo mi propio apartamento en Leeds (Inglaterra). Tiene una sola habitación pero es muy agradable. Juego fútbol todos los miércoles con mis amigos y después vamos a tomar una cerveza.

Me encanta andar en bicicleta. Una vez participé en una carrera desde Londres a París para recaudar fondos de caridad. Y paso la mayoría de mis fines de semana en mi bicicleta. Uso un traje para ir al trabajo y cuando me veo en un espejo pienso: «Te ves tan normal…».

Pero no me siento normal.

Sufro de anorgasmia: la incapacidad de alcanzar un orgasmo, a pesar de estar estimulado. Es uno de los trastornos sexuales menos comunes en los hombres, aunque según algunas estadísticas sólo 25% de hombres llegan a un orgasmo en cada encuentro sexual.

La anorgasmia -en la que alguien nunca tiene un orgasmo con una pareja- puede ocurrirle a la gente por varias razones.

A veces es un problema físico, puede ser porque han tenido cirugía en la próstata. Pero a menudo, como me ocurre a mi, es psicológico.

Fui atacado sexualmente por un amigo de la familia cuando tenía 12 años, y creo que debido al trauma nunca he sido capaz de alcanzar un orgasmo con otra persona.

He comenzado a creer que nunca me ocurrirá. Y esto ha evitado que me involucre en relaciones serias desde que era un adolescente.

Cuando era más joven, pretendía que no importaba o me decía a mi mismo que en algún momento lo arreglaría. Llevaba a chicas a mi casa y teníamos sexo, pero eventualmente perdía mi erección y ambos nos sentíamos mal sobre ello.

O algunas chicas solían bromear que «se habían sacado la lotería» al encontrar a un hombre que podía seguir sin parar, pero después de unos pocos meses juntos inevitablemente todo era muy insatisfactorio por el hecho de que yo nunca tenía un orgasmo.

Ellas pensaban que de alguna forma no me satisfacían. Yo trataba de tranquilizarlas, pero el asunto de cuál era el problema inevitablemente surgía y yo nunca sentí ganas de compartir mi historia con nadie.

Pareja Yo pensaba que cuando estuviera con una chica esto se iba a corregir.

El encuentro sexual más largo que he tenido duró casi dos horas, pero, para ser honesto, en ese momento ya todo era muy frustrante para los dos.

Eventualmente yo lo suspendía. Ella parecía estar más concentrada en mi en lo «cerca» que estaba que en disfrutar la experiencia, lo cual me había sentir ansioso sobre toda la situación.

Lo ignoré durante mucho tiempo, pero mis amigos comenzaron a establecerse y casarse, y yo sigo solo porque con cada vez más frecuencia, el pensamiento de llevar a una nueva persona a mi casa o de ver su cara cuando se den cuenta de que soy «defectuoso» es insoportable. Pero también lo es el pensar que pasaré el resto de mi vida solo.

La primera vez que supe que tenía un problema real fue la primera vez que traté de tener sexo con una chica, a los 17 años. Ella había sido mi novia durante casi un año y ambos éramos vírgenes. Y creo que yo estaba enamorado de ella.

Comencé a masturbarme a los 13 años, pero incluso entonces, sólo tenía un orgasmo en casi la mitad de las veces. En muchas ocasiones, incluso siendo adolescente, a pesar de estar excitado y a pesar de tener una erección, la situación eventualmente se ponía tan frustrante que yo tenía que parar.

Pero yo pensaba que cuando estuviera con una chica esto se iba a corregir.

La primera vez

La primera vez que tuvimos sexo era un sábado a medio día. Lo recuerdo muy claramente, el solo estaba entrando por la ventana de su habitación, sus padres estaban fuera el fin de semana, teníamos todo planeado y estábamos emocionados.

Comenzamos a besarnos y tocarnos. Yo tenía una erección, ella parecía nerviosa de tocarme, lo cual me tranquilizaba de alguna forma porque me hacía sentir que ella estaba tan despistada como yo.

Cuando finalmente empezamos el acto empecé a pensar: «¿y si no puedo hacerlo? ¿y si estoy dañado?». No sé por qué empecé a pensarlo, pero perdí la erección.

Tratamos unas veces más ese día pero me daba cuenta de que ella estaba cada vez más preocupada cuando perdía la erección y necesitábamos parar.

Fue a la mañana siguiente, después de que pasamos una noche tensa, durmiendo juntos pero sin tocarnos realmente, cuando finalmente logramos tener sexo.

Esta vez mantuve mi erección, pero después de probablemente unos 30 minutos de sexo, no supe qué mas hacer. Sabía que no me iba a venir y que si seguía así perdería mi erección otra vez. Así que decidí simular (un orgasmo).

No supe realmente si ella me creyó, pero parecía estar bien. Desde entonces esto es algo que he hecho algunas veces. En ocasiones las mujeres se ofenden, como si no tener orgasmo se debiera que no las encuentro atractivas. Pero ese no es el caso.

En el momento parece más fácil pretender que «ya terminé», en lugar de tratar de explica que tengo este problema, y explicar la causa de ello.

Viendo porno Durante años he tratado de «medicarme» con porno.

Durante años he tratado de «medicarme» con porno. Encontré que si me masturbo mientras veo porno a veces puedo alcanzar un orgasmo yo solo.

Es casi como si la pornografía apagara la «parte pensante» de mi cerebro y me permitiera enfocarme sólo en la sensación.

Pero a medida que pasan los años, descubro que me he vuelto muy dependiente de ello y esto ha hecho que me sienta aún más insensibilizado cuando estoy con otras personas.

A veces pienso en preguntarle a alguna chica si puedo ver porno con ella mientras estamos en el encuentro sexual, pero dado que no he pasado de las primeras citas con alguien, no creo que esté bien.

Supongo que si se tratara de alguien a quien conozco bien y en quien realmente confiara, sería diferente.

Recientemente, he tratado de hablar con amigos sobre esto y en realidad he descubierto que muchos de ellos tienen historias que contar sobre las veces que han tenido dificultades con el orgasmo, o han luchado por una erección.

Pero inevitablemente su bien intencionado «todos hemos estado así», sólo hace más difícil explicar que pienso que mi problema es más profundo.

Pareja Muchos de mis amigos tienen historias que contar sobre las veces que han tenido dificultades con el orgasmo.

Hace unas semanas fui a ver a un terapeuta que se especializa en sexo y trauma. Juntos hemos hablado de mis varias preocupaciones sobre la intimidad y el rendimiento sexual.

Tratar de describir los sentimientos que experimento cuando estoy excitado ha sido la parte más reveladora de nuestras sesiones.

Creo que nunca he tenido que ponerlo en palabras pero básicamente, cuando me excito también tengo este sentimiento de miedo, acompañado por un pensamiento como «todo está a punto de ir mal». Esto da vueltas y vueltas en mi cabeza.

Durante mucho tiempo me sentí increíblemente aislado por lo que me estaba ocurriendo. A menudo lees sobre mujeres que tienen problemas para llegar a un orgasmo, pero nunca hombres. O, si es sobre hombres, rara vez está vinculado a algo emocional.

Durante años pensé que yo era el único que estaba pasando por eso. Hablar con el terapeuta, sin embargo, me ha hecho darme cuenta de que no soy el único.

He aceptado el hecho de que quizás nunca lograré tener un orgasmo con otra persona. Pero pienso que no me he permitido confiar o acercarme a alguien.

Mientras tanto, voy a dejar de salir con chicas hasta que sepa exactamente qué es lo que quiero en una pareja. No estoy triste por esto. Siento que es el primer paso hacia la recuperación.

El autor de este artículo, que prefiere permanecer anónimo, le contó su historia a Alexandra Jones de BBC Three.