Hay que andar ojo avisor con los lanzallamas y terroristas que pululan en todos los sectores, entre ellos, medios de comunicación.
Ello, por el “granadazo” mortal que le lanzó un periodista a David Ortiz en Boston al momento en que se le realizaba el homenaje de despedida de las Grandes Ligas.
Ese comunicador, al parecer se la tenía “guardada”, ya que frente a David , cuestionó al Comisionado de Béisbol, Rob Manfred, sobre la posibilidad de que el dominicano estuviera en la lista de peloteros que dieron positivo a sustancias prohibidas en 2003.
Ese cuestionamiento y las probabilidades de que fuese real el consumo, daría al traste con las posibilidades de que David Ortiz ingrese al Salón de la Fama de Cooperstown.
Manfred, aunque no negó ni afirmó la insinuación, su presencia en el homenaje fue el mejor mentís al cuestionamiento.
El excelente comportamiento dentro y fuera del terreno de juego del dominicano ha sido un freno para los que siempre le están buscando un “pelo en el sancocho”.
Por eso, no se debe actuar al margen de los principios éticos y morales, porque constituyen una muralla a los que quieren enlodar a como dé lugar.