Hugo López Morrobel
“Se busca un hombre honesto”, es la obra cumbre del dramaturgo dominicano Franklin Domínguez, escrita en 1964.
Y es que al parecer, conseguir “un hombre honesto” es una tarea casi imposible, teniendo en cuenta los resultados catastróficos de hombres y mujeres considerados “honorables” que han cometido actos reprochables en el manejo de recursos.
El dictador Lilís no se equivocó, dado que ya a finales del siglo antepasado conocía a la perfección las debilidades de los hombres administrando dinero ajeno.
En esa ocasión se le escuchó decir, tras una excelente recomendación de un amigo para que designara a un familiar en una posición: “Si quieres saber quien en Mundito, dale un carguito”.
Para algunos esta expresión es de la autoría del ex presidente Joaquín Balaguer, quien también le echó manos en varias oportunidades.
En la administración de empresas ajenas y propias, entre los dominicanos hay terribles y funestas actuaciones.
Ahí están como ejemplo el Consejo Estatal del Azúcar (CEA) y la Corporación dominicana de Empresas Estatales (Corde), etc, etc.
Por corrupción, en el mundo de los deportes, se ha tenido mucha condescendencia con algunos, muchos de ellos, exestrellas en varias disciplinas.
Parecería que ningún humano está exento de caer en serias debilidades en el manejo de recursos.
Figuras de la categoría de Pete Rose, Joseph Blatter, Michel Platini, por solo citar casos recientes, han caído en esa maraña.
Pero el caso más reciente que involucra al héroe nacional de Alemania Franz Beckenbauer, ha conmocionado al mundo.
Se tienen pruebas contra esta indiscutible leyenda del fútbol mundial, pero en especial de Alemania y Europa, está acusado de gestión desleal, enriquecimiento y blanqueo de dinero para obtener la sede del Mundial de fútbol de 2006. ¡Increíble!
A pesar de haber transcurrido 10 años de haber cometido esos actos, queda demostrado que los brazos de la ley, si se tiene coraje, te pueden atrapar tarde o temprano.
