Santo Domingo.-La atacante de la selección nacional de voleibol, Gina Mambrú, no pensaba a los 13 años de edad que llegaría al estrellato y que iba a ser la atracción de un pueblo que hoy disfruta de sus habilidades, destreza y nivel en la cancha.
Mambrú, que en su niñez se dedicaba al baile clásico, hoy es una excelente rematadora que pone a vibrar a los fanáticos con sus grandes habilidades y fuertes remates que la ubican entre las mejores del país y del mundo.
Milagros la motivó
Gina explica que se inició a los 13 años de edad en este deporte, el cual lleva en la sangre y lo vive cada vez más.
Dice que en una ocasión fue a la iglesia de Cristo Rey, su sector, a un torneo de voleibol, en donde inició su pasión, allí Milagros Cabral, también de Cristo Rey, la motivó a inclinarse por esta disciplina y abandonar el ballet clásico al que se dedicaba.
Luego de ese torneo fue reclutada por el club Los Cachorros, de Cristo Rey, en donde el técnico Pedro de la Rosa descubrió su talento y se dedicó por completo al voleibol.
Gran ascenso
Mambrú señala que ocho meses después de sus inicios en este deporte formó parte de la preselección nacional y representó al país por primera vez en un evento infantil celebrado en Chicago, en 2002.
Desde ahí, y hasta ahora, ha tenido una carrera exitosa.
La rematadora dominicana siguió con pasos firmes y dedicada por completo al voleibol y en 2005 reforzó en Trinidad & Tobago, luego lo ha hecho en Japón, en España, al igual que en Puerto Rico, Brasil, Turquía e Italia.
Explica que al principio sus padres, Eusebia Casilla y José Mambrú, dudaban de mandarla a los entrenamientos y fuera del país, por temor a que le pasara algo, “pero gracias a Dios nunca fue así”.
Luego recibió el apoyo total de la familia.
Tremendo apoyo
Gina señala que quedó sorprendida con el apoyo recibido en la recién pasada XV Copa Panamericana de Voleibol Femenina, en donde el público se desbordó a darle apoyo a su selección.
“Esto fue algo motivador, un pabellón lleno, eso hace crecer al atleta y el orgullo más grande, es cuando se satisface a un pueblo dándole lo que espera, como sucedió”, sostuvo.
Agrega que tanto este triunfo, como el oro obtenido en el Grand Prix Mundial celebrado en Bulgaria, con esa victoria 3-2 ante Polonia, reinvendicó la calidad de la selección quisqueyana. Ganar el primer lugar en el Grand Prix llevó a las dominicanas al nivel uno.
“Al ubicarnos en el nivel uno tenemos compromisos más fuertes, ya que nos enfrentaremos a países potencias del voleibol mundial, pero ya estamos acostumbradas y preparadas para ello”, indicó.
Grandes triunfos
Al referirse a los triunfos obtenidos, Mambrú manifestó que el voleibol dominicano está preparado para seguir poniendo el país en alto en todos los niveles.
Puso como ejemplo el oro ganado por la selección Sub-20 en el Mundial celebrado en Puerto Rico.
En ese evento, el equipo Sub-20 hizo historia al obtener el primer lugar por primera vez en una certamen de ese nivel y contra la selección de Brasil.
No me voy vieja
Gina Mambrú señala que no esperará la vejez para retirase del voleibol.
“Me retiraré joven, con la oportunidad de tener una familia feliz”, explicó.
Le gusta enseñar lo que ha aprendido
La destacada jugadora de voleibol afirma que le gusta dar clínica al talento que viene subiendo y así compartir las enseñanzas que ha recibido.
En ese tenor, Gina Mambrú expresó que en el campo hay buen talento, que lo que necesitan es un empuje para descubrirlo y comenzar a dar fruto.
Puso como ejemplo a Santiago Rodríguez, en donde fue a dar clínicas y quedó sorprendida con el gran talento que hay en ese pueblo cibaeño. Agregó que como en Santiago Rodríguez, existen otros pueblos del país con buen tanto para el voleibol.
Sostuvo que casi no tiene tiempo para hacerlo, pero que siempre que pueda lo hará. “No me gustaría tener una escuela propia, pero sí, dar clínicas me gusta, ahora mismo puedo hacerlo, hasta que logre otra firma para reforzar”. dijo.
