Por alguna misteriosa razón nunca he tenido la suerte de haber sido el ganador de uno de esos premios que se sortean entre compañeros de trabajo.
Tampoco he ganado ni siquiera un reintegro en los sorteos de la Lotería. Y para ser coherente, hago de público conocimiento que jamás he sido entrevistado para ninguna encuesta, sea esta de carácter político, comercial, científico o de cualquier otra característica.
A pesar de todo, sigo creyendo en las encuestas como instrumento valioso de investigación social, siempre y cuando estén avaladas por firmas reconocidas y realizadas por profesionales acreditados.
Aunque nadie me lo ha preguntado, quiero dejar dicho aquí que formo parte de ese 95 por ciento de ciudadanos que, según una encuesta realizada por el Ministerio de la Administración Pública, favorece un cambio de horario laboral, para aliviar los tapones en el tráfico vehicular que tanto afectan a la vida capitaleña.
El horario de trabajo propuesto es de 9 de la mañana a 4 de la tarde.
Se trata de una idea buena, que no debe echarse en saco roto, sino ensayarse sin prejuicios, a ver qué pasa. Si la idea llega a materializarse y resulta exitosa, todos podremos gritar ¡Bingo!