Es una buena noticia saber que un padre se empoderó y protegió a su hija de las garras malditas del padrastro, quien violo a la hija de este, una niña de apenas 13 años. El Tribunal Colegiado de Santiago Rodríguez lo condenó a 15 años de prisión por tan lascivo acto.

Según las informaciones proporcionadas por el Ministerio Publico, este condenado abusaba sexualmente de la niña con la frecuencia que a él mejor le pareciera. Con esa misma frecuencia han de proporcionarle el mismo tratamiento en prisión, donde hay criminales que no conciben el abuso infantil y se regodean con abusar a esos abusadores.
Como en la mayoría de los casos, los abusadores son gente cercana a la familia.

Este padrastro aprovechaba la ausencia de la madre de la niña para abusarla y aunque se desconocen los datos específicos, no es difícil de imaginar bajo cuáles alegatos lograba el silencio de la adolescente.

Por suerte, el padre dio aviso al Ministerio Publico, donde iniciaron las investigaciones, según dijo la Procuraduría Fiscal.

Tenemos que pensar que dicho padre fue muy mesurado, porque otros en su lugar hubiesen tomado la justicia en sus propias manos.

Sin embargo, hoy ese padre puede abrazar a su hija y prestarle la atención que requiere para curar las heridas internas y externas que dejan estos actos despreciables.

Los padres deben, desde temprana edad, hablarles a sus hijos sobre la importancia de su privacidad, el derecho a su integridad pero algo muy importante es la confianza de poder decirles cualquier cosa que ocurra, como un mecanismo de protegerlos.

Los padres debemos prestarle atención a nuestros hijos en cada momento porque incluso cuando ellos no dicen nada, nos están diciendo algo.