¡Esas coronas rojas!

¡Esas coronas rojas!

¡Esas coronas rojas!

Renaldo Bodden

Que nadie se chupe el dedo, retomar el tema sobre el «draft de reingreso de jugadores nativos» tiene que ver directamente con la reciente corona obtenida por el Escogido.

Siempre se ha dicho que los Leones ha sido el conjunto que más se ha beneficiado (cuatro de siete coronas) de los sorteos -nativos e importados- y la campaña pasada no fue la excepción.

Ante la salida de la línea central (Erik González-Jorge Polanco), la partida del mejor importado de la Liga (Joey Rickard) y la negación de permiso al duo dinámico (Starling Marte-Gregory Polanco), entre otras bajas, el equipo rojo lucía anémico.

El primer día del round robin apareció con Leury García (cf), Ramón Santiago (2b), Moisés Sierra (rf), Carlos Peguero (lf), Danny Richar (1b), Jimmy Paredes (bd), Pedro Ciriaco (3b), Wilkin Castillo (c) Pedro López ¿O Manny Machado? (ss). ¡Cara nueva…y buena! Y aparecieron los veteranos Álex Valdez, Wilkin Castillo, Ronny Paulino, Esteban Germán, entre otros. ¿No tienen crédito el gerente Moisés Alou y su equipo de trabajo? Todos se reforzaron bien, pocas veces se quedarán fueran los dos equipos con mejor personal (Águilas-Gigantes).

Acaban de reducir de cuatro a tres el número de selecciones y aunque me inscribo entre los que consideran que el draft distorsiona la historia, la contraparte es que evita la fuga de talento a las demás ligas que se quedan con su mejor material mediante el mismo sistema de repartición.
Además el negocio ha sido rentable. ¡Es una realidad del subdesarrollo caribeño!
¿O quizás nos fuimos delante y algún día se vea a Mike Trout como refuerzo de los Yanquis?



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