Wilfredo Mañón, un médico que se adelantó a los tiempos en RD

Wilfredo Mañón, un médico que se adelantó a los tiempos en RD

Wilfredo Mañón, un médico que se adelantó a los tiempos en RD

Santo Domingo.-Se define como el primero de una “tribu” o familia de 13 hijos, debido a que su padre entendía que por docena estos salían más baratos. “Él compró y le sobró”, como le sucedió quizás a muchos patriarcas del siglo pasado.

Cuando eran ocho hijos, Wilfredo Mañón Rossi, rector de la Universidad Nacional Evangélica (Unev), recuerda que un buen día su padre, quien era barbero, los reunió a todos en su casa de Villa Juana y les dijo: “Mis hijos voy a estudiar Medicina porque quiero ser un ejemplo para que ustedes entiendan que estudiando se vive mejor”.

Más tarde este logró su meta y el rango de coronel médico del Ejercito Nacional, como también su madre alcanzó esa categoría y la ejercía en la misma entidad. Ambos les inculcaron a él y sus hermanos una educación en valores y principios familiares..

Sentenciado

Mañón Rossi fue “sentenciado” a servir de ejemplo ante los demás. De ahí que no le quedó de otra y se convirtió en un buen soldado.

Y en efecto, no sólo lo fue para sus descendientes, sino para la sociedad en general, porque además de graduarse en tres disciplinas médicas, hoy transmite sus conocimientos a la nueva prole de jóvenes como rector de la Unev.

De la niñez recuerda que su padre hizo un trabajo “muy fino conmigo”, pues lo convidaba a aprender a discreción. “Me decía: ven, ayúdame a leer esto que tengo los ojos cansados”, y luego le preguntaba el tema; igual le enseñó memorizar y a recitar.

“Cuando él era practicante, me llevaba al hospital, yo le cargaba el bultico y el estestocopio. Me enseñó a curar heridas a los doce años, era su asistente, ya que no había esa rigurosidad”, comentó Mañón, quien terminó involucrándose en el mismo quehacer.

Inició sus estudio en el Colegio Evangélico Dominicano y el Central; se graduó en 1975 de médico en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Especialidades

Luego aspiró a una beca para irse fuera y no la consiguió. Empero, logró el apadrinamiento de Alfonso (Fonchy) Lockward (fundador del Grupo de Estudiantes Cristianos de la UASD) y tuvo la oportunidad de hacer un post grado en genética médica y deportiva en Roma, Italia y en Londres, Inglaterra.

Trabajó Citogenética Experimental en el Instituto Pasteur de París, Francia. Más adelante medicina natural en Estados Unidos.

En cada uno de esos países aprendió su idioma.

De regreso a República Dominicana, con las dos primeras especialidades, en 1979, no encontró trabajo como genetísta ni médico deportivo y el titular de la Secretaria de Estado de Educación Física y Recreación de entonces le dijo: “Doctor, váyase a Europa otra vez y vuelva en 15 años, que la genética le queda grande a este país aún”. Apenas duró meses en la Sedefir, porque con el cambio de gestión lo despidieron.

Se marchó a Estados Unidos, donde estudió la última disciplina. Cuenta que su vida como médido deportivo fue frustrante.

A su retorno al país tuvo la suerte de que “Fonchy” lo empleó como catedrático en el Centro de Estudios Técnicos y al cierre de este se convirtió en miembro fundador de la Unev junto a Juan Guerrero Ávila y Rafael Reyes, decano de Asuntos Internacionales y vicerrector Administrativo.

La tesis que había hecho sobre hierbas en la UASD le sirvió para su última carrera, pues luego presentó esta como un libro: “La medicina Folclórica en la República Dominicana”. Antes lo confundían con los “yerbateros y brujos”, hoy día imparten muchas maestrías en el área, por el auge que toma la medicina natural.

Remembranzas de sus tiempos mozos

De los tiempos de mozalbete recuerda que su padre iba en bicicleta a la UASD, a quien consideró junto a su madre como una pareja con deseos de superación. Mañón Rossi no olvida que la calle Francisco Villaespesa era el patio de su casa.

“Le sabía dar hasta 18 vueltas o leer para hacerme invisible y no dar tormentos a mis padres y así evitar ser alcanzado con un “chancletazo”, ya que los demás eran tremendos. A cada rato me lo decían: “Tienes que ser el ejemplo”. Su papá nunca le dijo que tenía que ser médico como él, pero afirma que lo importantizó de tal forma como “asistente” que asumió la profesión.

Desde esos tiempos forjó sus creencias religiosas, asistía con su mamá a una iglesia. Cree profesionales deben tener ética.