Vivir en gratitud

Vivir en gratitud

Vivir en gratitud

Lady Reyes, editora de Vida y Estilo, periódico El Día.

La gratitud es reciprocidad, pero también es aceptación y aprendizaje. Cuando agradecemos, devolvemos las buenas intenciones, aceptamos que merecemos lo que recibimos y aprendemos que, como seres humanos, tenemos la potestad de dar y recibir.

Leí en el libro “Polaris: Reflexiones sobre temas humanos”, que “es bueno agradecer a la energía creadora por lo que somos y poseemos, por los activos reales que tenemos: nuestro espíritu, aptitudes descubiertas u ocultas, dotes de intención y posibilidades de realización”.

Y es que agradecer es la manera más natural que tenemos de correspondencia a los estímulos, aprecio, servicio, solidaridad, apoyo moral o económico, confianza y orientación hacia el mejoramiento; así como también recibimos negativas, discrepancias e impugnaciones.

Cada una de estas cosas que llegan tienen una razón de ser para nuestro desarrollo, crecimiento y felicidad en el ahora y en el futuro.

Como seres humanos, tenemos múltiples motivos para dar gracias sin hipocresía ni exhibicionismo.

Agradezcamos los desafíos existenciales, los momentos de adversidad, los afectos constantes o circunstanciales, las relaciones que ayudan a celebrar la vida, las críticas firmes, constructivas o por envidia, las experiencias compartidas y las vivencias en solitario; el abrazo, la verdad, la sonrisa, la amistad, las presencias y ausencias… es que nuestra vida se debe vivir en gratitud. En fin, inicie y termine el día agradecido, porque la gratitud es una filosofía de vida.



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