5 negocios de Google y otros gigantes que prometían ser “los más exitosos del mundo” y fracasaron estrepitosamente

5 negocios de Google y otros gigantes que prometían ser “los más exitosos del mundo” y fracasaron estrepitosamente

5 negocios de Google y otros gigantes que prometían ser “los más exitosos del mundo” y fracasaron estrepitosamente

En los negocios, como en tantas otras cosas, todo empieza con una idea, en la que se invierte tiempo y dinero, hasta que está lista para soltarla y observar, casi impotentemente, a ver si nada o se ahoga.

Algunas hacen más que nadar; se disparan, como en los casos de Facebook y Amazon.

Pero muchas fracasan, por una variedad de razones y no siempre es porque fueran deficientes.

Entusiastas de la tecnología a menudo citan el caso del sistema de video Betamax de Sony pues, aunque fue ampliamente aclamado por ser superior al VHS, no pudo competir con su rival por falta de destreza en márketing.

Así, otras de las empresas más exitosas también han sido responsables de algunos de los fracasos más grandes. ¿Qué pasó?

1. Google Glass

Nombrado por la revista Time como uno de los mejores inventos de 2012, Google Glass fue un proyecto que contó con un apasionado respaldo de Sergey Brinco, cofundador del gigante del buscador.

Y no era de extrañar: se trataba de un dispositivo que parecía salido de una película de ciencia ficción.

Eran unas gafas de alta tecnología con una pantalla de visualización frontal en la que la información se desplazaba por la línea del ojo del usuario, todo activado por comandos de voz o gestos.

Con ellas, ibas a poder encontrar tu camino guiado por el mapa superimpuesto a tu realidad; tus mensajes sencillamente aparecerían ante tus ojos; con sólo un gesto tomarías fotos o filmarías; un comando de voz te comunicaría con quien desearas.

Cofundador de Google Sergey Brin con su Google Glass.
Cofundador de Google Sergey Brin con su Google Glass.

El producto se creó en medio de un clamor por la informática portátil, algo que estuviera siempre activo.

Pero, si bien la utilidad y la imagen de Google Glass eran atractivas, las preocupaciones de privacidad en torno a que el usuario pudiera filmar y fotografiar a otros sin ser notado demostraron ser su perdición.

La idea de que te estuvieran grabando sin que lo supieras resultó ser demasiado incómoda para la gente.

A los negocios, desde restaurantes hasta salas de cines, tampoco les atrajo la posibilidad de que sus clientes usaran anteojos con cámaras.

Tres años después de su lanzamiento, Google Glass fue descartado.

El proyecto resucitó en 2017 con Glass at Work, una oferta orientada no al público masivo sino a las empresas, útiles, por ejemplo, para dar notificaciones en tiempo real en entornos médicos o escaneo de códigos QR.

Pero los intentos por revivir la idea no fueron suficientes para mantenerla con vida. En marzo de 2023 Google le puso punto final a sus gafas futuristas.

2. Olestra

Descubierto por científicos de la empresa estadounidense Procter & Gamble en la década de 1960, Olestra era un sustituto de grasa que no se absorbía en el cuerpo.

Probado en pasteles, donas y helados, redujo el conteo de calorías hasta en un 50%.

Prometía ser la panacea para las personas que hacen dieta, que podrían disfrutar sin sufrir las consecuencias, y para la multinacional, que se enriquecería aún más.

Pero los comentarios sobre los ensayos posteriores de Olestra fueron desastrosos y muy repugnantes.

Bolsas de papitas fritas
Papitas fritas con Olestra, 1998, prometiendo la mitad de las calorías.

«Todos tenían la misma queja», explica el científico de alimentos Peter Berry Ottaway, «fugas anales que salen del recto sin ningún control«.

El producto parecía haber llegado a un callejón sin salida, pero Procter & Gamble lo reformuló y se centró en los bocadillos salados y, en 1990, solicitó la aprobación de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA).

La aprobación llegó seis años después, pero los productos que usaban Olestra tenían que declarar que podían causar calambres abdominales y heces blandas.

Los consumidores inicialmente no se desanimaron y comenzaron a surgir mejores resultados médicos sobre los efectos secundarios.

Pero una campaña vociferante y continua contra el uso de Olestra por parte del CSPI (Centro para la Ciencia en el Interés Público) y el hecho de que el producto se convirtió en el blanco de las bromas de los comediantes de la televisión estadounidense significó el fin de Olestra.

«Realmente fue una batalla de relaciones públicas«, dice el millonario y emprendedor Sam White.

Poniéndose en los zapatos de Procter & Gamble declaró: «Yo habría seguido luchando».

3. Blockbuster

Lanzado en 1985 en Dallas, Texas, el videoclub Blockbuster, que significa éxito de ventas, estuvo a la altura de su nombre durante casi 30 años.

En su apogeo, en 2004, el gigante del alquiler de películasllegó tener 9.000 tiendas en todo el mundo, 84.000 empleados y casi US$5.900 millones en ingresos.

Pero en el año 2000 había cometido un grave error: dejó pasar la oportunidad de comprar Netflix.

Señal de Blockbuster
Hace 20 años, Blockbuster formaban parte del paisaje urbano en todo el mundo.

La plataforma de streaming estadounidense había sido fundada en 1997, y comenzó ofreciendo un servicio de alquiler de DVD a través del correo postal.

Netflix le ofreció a Blockbuster agregar un componente online a su operación de alquiler de cintas y DVDs, a cambio de que la compañía de videoclubes dedicara un espacio en sus tiendas a Netflix.

Blockbuster declinó éste y otra serie de potenciales acuerdos con Netflix, que se convirtió en su principal amenaza.

Fue el momento decisivo de la caída.

«Es muy fácil para las personas intoxicarse con el éxito y comenzar a creer que nada se interpondrá en el camino, algo que mi experiencia no es el caso», observa White.

Blockbuster había estado interesado en ofrecer sus propios servicios de transmisión.

Este enfoque cambió después de 2005, cuando el gigante de los medios Viacom vendió Blockbuster de su cartera, llenándolo de deudas. Una compra posterior por parte de «inversores activistas» alejó a la empresa de la innovación.

En 2010 se declaró en quiebra.

4. Friends Reunited

Lanzado por la ingeniera informática Julie Pankhurst y su esposo Steve en julio de 2000, el sitio web Friends Reunited ayudó a las personas a rastrear a sus viejos amigos de la escuela.

Precursor de las redes sociales y líder del mercado de la nostalgia, el crecimiento inicial del sitio fue extremadamente modesto.

Pero después de que el sitio fuera mencionado en un programa de radio de la BBC, Friends Reunited cobró fuerza y, a finales de 2002, había atraído a 8 millones de usuarios.

Pantalla de Friends Reunited
Antes de Facebook…

La inevitable transición de la suscripción gratuita a la de pago no apagó el entusiasmo, ni tampoco la mala prensa, alimentada por historias de viejos amigos de la escuela que tenían aventuras amorosas y de maestros calumniados.

Friends Reunited siguió ileso hasta su venta al canal de televisión británico ITV en 2005 por 175 millones de libras esterlinas.

La adquisición fue un fracaso y, en 2009, ITV se deshizo del sitio por solo £25 millones.

El canal había pagado de más por una pieza central de su estrategia digital a pesar de ser «un negocio que culturalmente simplemente no estaba en el lugar correcto», según White.

A pesar de su drástico cambio de fortuna, el empresario cree que Friends Reunited «podría haberse enfrentado a los Facebook de este mundo».

5. Sinclair C5

El triciclo eléctrico C5 (con pedaleo asistido) fue un vehículo monoplaza presentado con bombos y platillos el 10 de enero de 1985.

Fue anunciado como el futuro del transporte: una máquina no contaminante, capaz de llevar a un conductor a donde necesitara ir, reemplazando a los autos sobredimensionados y poco eficientes.

Modelo en Sinclair C5, 1985.
Modelo en Sinclair C5, 1985.

Ideado por Sir Clive Sinclair, prometía llegar a ser otra de las creaciones exitosas del célebre inventor, a la par con la primera calculadora electrónica de bolsillo y su popular microordenador doméstico ZX Spectrum.

Pero, junto con el DeLorean (que ganó fama en las películas de «Regreso al futuro»), el C5 terminó siendo uno de los fracasos de transporte más espectaculares de la década de 1980.​

Sin embargo, las cosas fueron cuesta abajo casi desde el principio.

El vehículo tuvo un problema de imagen casi instantáneo. La prensa y el público vieron el C5 menos como un nuevo modo de transporte y más como un juguete costoso.

Había pasado pasó de la mesa de dibujo al prototipo sin ninguna investigación de mercado.

Además, fue criticado por cuestiones de seguridad pues era extremadamente bajo, lo que lo hacía prácticamente invisible para otros vehículos

El hecho de que podía ser operado por cualquier persona mayor de 14 años sin licencia ni casco parecía ser una ventaja, pero fue motivo de preocupación.

La mala recepción significó que los pedidos fueran mínimos y la producción cesó alrededor de ocho meses después.

A pesar de la burla casi universal, el C5 todavía tiene seguidores de culto.

Y, con los avances en la tecnología de las baterías, al igual que de los sistemas de control electrónico para la seguridad y la estabilidad, junto con el apetito por alternativas a los automóviles con motor de gasolina, hay especialistas que se preguntan si el Sinclair C5 llegó 30 años antes de tiempo.