Los resultados de pasadas elecciones presidenciales y congresuales sorprendieron a todo el país. Contra el pronóstico de que el proceso sería conflictivo o amañado, el pasado 5 de julio, la democracia dominicana salió fortalecida.
Pese a una abstención que supera el 40%, el proceso fue ejemplar, tanto en su desarrollo como en la rapidez de la emisión de los resultados.
Aunque varias encuestas pronosticaron el triunfo del PRM con bastante exactitud, se dudaba de un triunfo tan arrollador y en primera vuelta.
Analizando el proceso surgen las siguientes reflexiones a las que se puede asociar tanto la derrota del PLD como el ascenso del PRM al poder: la división del partido del gobierno, la suspensión de las elecciones municipales, la cultura cívica de la clase media y el voto de los pobres.
1. La división del partido del PLD:
El PLD se dividió a 8 meses de las elecciones presidenciales. La historia electoral dominicana ha demostrado que ningún partido dividido previo a un proceso electoral, gana elecciones. Con la derrota del PLD, se rememoran las derrotas del PRD en 1986 y en el 2004.
2. La suspensión de las elecciones municipales:
Por creación de percepción pública y tal vez por inercia mediática del PLD, la población estaba convencida de que el hecho de suspender las elecciones municipales fue responsabilidad del partido del gobierno, no solo de la Junta Central Electoral. Eso se demostró con el voto de castigo que recibió dicho partido en los comicios celebrados posteriormente a la suspensión.
3. La cultura cívica:
En el país se está consolidando una clase media con cultura cívica para generar inputs en el sistema político. En los resultados electorales presidenciales, dicha clase social incidió con sus reclamos en favor de la lucha contra la corrupción y la exigencia de una justicia independiente.
4. El voto racional de pobres:
Aunque algunos analistas pensaban que el voto de los pobres sería mayoritariamente peledeísta, la realidad demostró que muchos de los pobres votaron a favor de la promesa de la duplicación de los subsidios sociales. Es decir, actuaron de forma racional, maximizando beneficios o incentivos como dirían Arrow, Downs, Olson y Riker.