Cada hogar es distinto, pero la limpieza de la casa suele ser una de las prioridades para cada uno de sus habitantes.
Algunos lo hacen todos los días, otros cada semana; otros además de la limpieza rutinaria emprenden procesos de saneamiento profundo del hogar semestrales o anuales.
De hecho, de acuerdo a una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Limpieza de EE.UU., un 70% de los hogares realiza al menos una limpieza anual dentro del espacio que habitan.
Para muchos lo más importante es la cocina, para otros los baños. Y lo que suele concentrar nuestros esfuerzos es el horno, el inodoro, los tapetes, donde sospechamos -no sin razón- que se acumulan gérmenes, hongos, bacterias y ácaros.
Sin embargo, hay objetos y espacios específicos a los que tal vez no les prestamos la misma atención, pero que acumulan suciedad, incluso en mayor proporción que otros más obvios.
En BBC Mundo te mostramos cuatro objetos de la casa que quizá no limpias… pero deberías.
1. Cafetera
Una investigación hecha por la Organización de Salud y Seguridad Pública de EE.UU. (NSF, por sus siglas en inglés) señala que uno de los elementos de la cocina con mayor número de gérmenes es la cafetera.
Los investigadores hallaron hasta 67 tipos distintos de gérmenes dentro de las cafeteras examinadas.
Lo cierto es que hay dos problemas que se suman en el proceso de hacer café: el agua caliente no logra retirar todos los gérmenes y la cafeína es una lugar perfecto para el crecimiento de bacterias.
Además, durante el proceso se da una acumulación de minerales que terminan causando el sarro que puede dificultar el funcionamiento de la máquina.
Por eso, los expertos recomiendan limpiar la cafetera al menos cada tres meses.
En el caso de los dispositivos que funcionan con cápsulas, se recomienda la limpieza tras el uso de 100 unidades.
2. Colchón
Es cierto que la limpieza de un colchón no es nada fácil..
Pero comencemos con un dato: el cuerpo humano produce 1,5 gramos de piel muerta todos los días, que invariablemente terminan en tu colchón.
Un estudio publicado en la revista Royal Society Open Science en 2018 mostraba la limpieza de los colchones donde dormía un ser humano comparada con la de un chimpancé.
El resultado indicaba que los seres humanos ensucian casi un 30% más el colchón que un primate.
Esa suciedad es la acumulación de piel muerta, polvo y sudor que son suelo fértil para ácaros y bacterias.
Los expertos señalan que en los últimos años se han desarrollado nuevos métodos para la limpieza de los colchones.
También se recomienda ponerlo al sol para reducir la humedad y pasar la aspiradora para controlar la presencia de moho.
3. Bolsas reciclables para la compra
La urgencia del cambio climático ha puesto atención especial en los plásticos de un solo uso, que han comenzado a ser reemplazados por otros productos más amigables con el ambiente.
En muchos hogares se adoptaron las bolsas reusables para evitar el consumo de bolsas de plástico.
Pero nunca salen del carro o del carrito que llevamos al supermercado.
«Esas bolsas tienen más rastros de material fecal y bacterias como E.Coli que nuestra ropa interior«, le dijo al portal de noticias AARP el microbiólogo de la Universidad de Arizona Charles P. Gerba.
«Si usa las mismas bolsas para llevar productos cárnicos crudos y vegetales crudos, podría hacer una ensalada de salmonela muy fácilmente», añadió.
Personal del Instituto Nacional de Limpieza de EE.UU. recomienda que esas bolsas se laven a mano -la lavadora las podría destruir- al menos una vez por semana.
4. Esponja de lavar platos
La esponja para lavar en la cocina nos sirve precisamente para retirar la suciedad más dura en ollas y platos.
Y damos por hecho que por contener jabón, o incluso por su función de limpiar y desengrasar, no necesita atención en ese campo.
Pues un estudio de la Universidad de Furtwangen, en Alemania, señala que puede haber mayor cantidad de gérmenes y bacterias peligrosas para el ser humano en la esponja de lavar los platos que en el propio fregadero o pileta.
El estudio halló en las esponjas de cocina analizadas cerca de 362 tipos distintos de bacterias. Muchas más de las que se encontraron en el baño.
Esto se debe a la constante humedad y a que la esponja está llena de recovecos, convirtiéndose en un lugar ideal para el crecimiento de bacterias y gérmenes.
La recomendación de los expertos es que las esponjas se laven al menos una vez por semana con cloro o lejía para evitar esta peligrosa acumulación de bacterias.