Todo no termina hasta cuando las personas no se resisten. Cuando en julio-agosto del 2005 se gestaba un proyecto de convivencia para la ciudadanía. En donde un poder del estado asumió como compromiso ofrecer respuestas alternas a los conflictos suscitados en la sociedad. Todo era una idea, una esperanza.

El diálogo en 15 años es una motivación y a la vez, una satisfacción. Todos sabemos que en el país en donde nos educamos, crecimos y nos profesionalizamos existen precariedades. Desde las cuales impide que un proyecto útil para la sociedad cuente con la sostenibilidad en el tiempo.

Sin embargo, en el caso de los servicios de Mediación de Conflictos, la estabilidad ha sido uno de sus mayores logros. Por supuesto, luego de las miles de respuestas a las situaciones conflictivas de la ciudadanía.

La Mediación ha venido para quedarse mucho más tiempo que estos 15 años. En donde en ese 2006 cercano a la conmemoración de la guerra de la Revolución del 65, se abrieron las puertas desde una instancia del estado promoviendo la convivencia pacífica de la ciudadanía.

Aunque ser pacifico no significa evitar los conflictos, significa ofrecer las dos mejillas para colocarse en frente de la otra parte para decirles sus argumentos, posiciones, intereses y por supuesto, sus necesidades.

Desde las cuales las partes con sus argumentos y precisamente acompañados de un tercero imparcial no neutral, el cual les permite a ambos exponer sus situaciones y encontrar consensos duraderos en el tiempo. La persona mediadora, gracias a Dios certificado.

Claro, sin tener que incurrir en gastos de impuestos, en profesionales del Derecho, actos de alguacil y mucho menos ser visto en los tribunales. En donde un tercero juez/a llamado también imparcial, les impondría a ambas partes las decisiones que estos podrían ellos mismos ser sus propios autores y protagonistas.

Todo ello  incurriendo en gastos y  tiempo.

Es tiempo entonces de recordar abril no solo por la revolución de Francisco Alberto Camaño Deño y de todo un pueblo, sino que abril pero en el 2006, el doctor Jorge Subero Isa, Carmen Rosa Hernández, Arelis Ricourt, Alexis Rafael Peña y un equipo entre jueces, juezas y mediadores certificados; cedieron las palabras a la ciudadanía para sea ella misma que busque soluciones creada en su propio entorno no en otro lugar.

Que estos tres lustros nos permite reinventarnos un estilo de auxiliar a las personas con instrumentos menos complejos que sus conflictos traídos de desde su hogar, vecindad, etc.

Tenemos las palabras, ahora somos unos. 15 años  camino a la mayoría de edad.